Los motores que emplean diésel “sucio” y las nuevas tecnologías diésel convivirán hasta diciembre de 2021 debido a las dificultades en la cadena de valor por la pandemia.
Ciudad de México. México aplazó el jueves un año la obligación de fabricar, importar y usar solamente camiones y buses que utilicen diésel de ultra bajo azufre (DUBA), o "limpio", citando complicaciones en la cadena de valor derivadas de la pandemia del coronavirus, dijeron tres fuentes con conocimiento del tema.
El Comité Consultivo Nacional de Normalización de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Comarnat), un comité ambiental encargado de decidir al respecto y donde participa el Gobierno y representantes de la industria, avaló que puedan convivir hasta diciembre de 2021 motores que usan diésel de 500 partes por millón (ppm) de azufre, o "sucio", y tecnologías nuevas de diésel de 15 ppm.
"La Sener reconoció en la reunión que hay dificultades con la distribución del DUBA por la pandemia", dijo una de las fuentes.
Más tarde, la Secretaría del Medio Ambiente (Semarnat), a la que está adscrito el Comarnat, confirmó el cambio en una respuesta a una consulta de Reuters. La Secretaría de Energía (Sener), que participa en el comité, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La decisión se da luego de que el regulador mexicano del sector energético, la CRE, extendió un plazo a la estatal Pemex para vender diésel convencional, o "sucio", en zonas obligadas a comercializar solamente DUBA hasta por seis meses después de que el Gobierno determine el fin de la contingencia por el coronavirus.
Este nuevo plazo a Pemex se suma a otro también de la CRE por el que la petrolera puede evadir hasta 2025 el cumplimiento de una norma para producir, distribuir y vender diésel limpio en todo el país.
En febrero, la Semarnat reconoció la necesidad de desarrollar un plan para mejorar la distribución del DUBA, lo que se ha dificultado con la pandemia, y dijo que participa en un grupo de trabajo con Pemex para modificar la norma sobre calidad de los petrolíferos de 2016.
México importa grandes cantidades de combustibles de Estados Unidos, pero el presidente Manuel Andrés López Obrador ha dicho que buscará frenar esa dependencia modernizando las seis refinerías de Pemex y con la que se ha empezado a construir en el sur del país.
Los fabricantes de camiones y buses miembros de la Anpact habían solicitado desde el año pasado aplazar la obligatoriedad de usar solo tecnologías de ultra bajo azufre, debido a la incertidumbre sobre la disponibilidad de DUBA por las dificultades de Pemex para surtirlo en todo el territorio.