El cierre prolongado de fábricas y las cuarentenas obligatorias están poniendo de relieve las vulnerabilidades de la cadena de suministro de países ensambladores como EE.UU.
El Covid-19 propiciará una caída de las ventas de autos en el mundo en el 2020, de acuerdo con Moody’s y resultados preliminares de este indicador en China.
En particular, el nuevo virus ha golpeado al sector automotriz porque Wuhan, y más ampliamente la provincia de Hubei, el origen del brote de la epidemia y la región donde la actividad industrial se ve interrumpida de manera más significativa, sirven como un centro para la producción de piezas automotrices.
Para Moody’s, los flujos interrumpidos de autopartes desde China a las instalaciones de ensamblaje en otros países, junto con la caída en picada de la demanda en el mercado chino, podrían provocar que las ventas mundiales de automóviles desciendan 2,5% en el 2020.
China es el mercado de vehículos más grande del mundo y el gobierno chino esperaba, hasta antes del brote del Covid-19, que la producción de automóviles alcanzara 30 millones de unidades para el 2020, y 35 millones para el 2025.
Más específicamente, en el 2018, último dato disponible en su comparación global, China produjo más de 1 millón de vehículos de nuevas energías, más de la mitad de la producción mundial. De éstos, los vehículos eléctricos son los que están cobrando mayor importancia.
Según el gobierno estadounidense, los informes anecdóticos sugieren que el ensamblaje final de vehículos en Estados Unidos está en riesgo, con trabajadores de fábricas en las plantas de General Motors en Flint, Michigan, y Arlington, Texas, comunicando que la escasez de piezas de China podría ralentizar las líneas de ensamblaje de vehículos deportivos utilitarios.
La Asociación China de Automóviles para Pasajeros, una asociación china de la industria automotriz que representa a las compañías automotrices nacionales y multinacionales, informó que las ventas minoristas de automóviles en China cayeron 80% interanual en febrero del 2020.
Las principales firmas automotrices, General Motors y Toyota, no anticipan un crecimiento en las ventas, hasta que se reactiven en la segunda mitad del 2020.
En una perspectiva más amplia, el cierre prolongado de fábricas y las cuarentenas obligatorias están poniendo de relieve las vulnerabilidades de la cadena de suministro de Estados Unidos, dado el papel fundamental de China como productor de bienes intermedios.
Una encuesta realizada a mediados de febrero por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Shanghai, por ejemplo, encontró que 78% de las compañías estadounidenses con operaciones de fabricación en el área del delta del río Yangtze no tienen suficiente personal para operar líneas de producción completas.
En otra vertiente, la empresa de análisis de la cadena de suministro Llamasoft indicó que la industria estadounidense de productos informáticos y electrónicos está en mayor riesgo de interrupciones debido a los escasos inventarios de suministros y la falta de fuentes alternativas más allá de China para las partes.
Según datos de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de Estados Unidos, 16% de las propiedades, plantas y equipos netos de las multinacionales estadounidenses utilizado para la producción de computadoras y productos electrónicos se encontraba en China en el 2017.
También el gobierno estadounidense destaca los recientes anuncios realizados por empresas de electrónica de Estados Unidos, como Apple y Microsoft, respecto a sus proyecciones de que perderían ingresos para el primer trimestre del 2020, ya que las interrupciones en sus cadenas de suministro centradas en China disminuyen su capacidad para satisfacer la demanda de sus productos por parte de los consumidores.