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Constructoras brasileñas dejan atrás la crisis por el caso Lava Jato y vuelven a ganar contratos en el exterior
Miércoles, Mayo 1, 2019 - 14:24

Aunque por el momento los números son muy inferiores a los que Odebrecht y OAS llegaron a mover años atrás, la retomada de los contratos en el exterior está considerada como fundamental para la recuperación económica de ambas empresas.

Río de Janeiro.- Las constructoras brasileñas Odebrecht y OAS, las más salpicadas por la operación Lava Jato, el gran caso de corrupción alrededor de la petrolera estatal Petrobras, empiezan a levantar cabeza tras haber sufrido duras sanciones, logrando en los últimos meses sus primeros contratos en el exterior.

Aunque por el momento los números son muy inferiores a los que ambas constructoras llegaron a mover años atrás, la retomada de los contratos en el exterior está considerada como fundamental para la recuperación económica de ambas empresas.

Nuevamente, el centro de los proyectos son América Latina y África, aunque también se adjudicaron contratos en Florida (Estados Unidos).

Una de las principales diferencias actuales respecto al pasado es que ya no cuentan con el apoyo del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que hasta 2015 financió la exportación de servicios de ingeniería y obras.

En los últimos meses, Odebrecht logró adjudicarse las obras en el puerto y aeropuerto de Miami (Florida), y otras obras en Panamá, República Dominicana y Angola.

Ya OAS venció el año pasado licitaciones en Guinea y Costa Rica.

"El plano de ambas empresas es acelerar la retomada de la internacioalización como forma de volver a crecer. El mercado externo siempre fue un componente relevante de los ingresos de las mayores constructoras brasileñas", explicó a Xinhua el presidente de la Asociación Brasileña de Ingeniería Industrial (Abemi), Nelson Romano.

Además de los casos de corrupción, Romano explica que las constructoras brasileñas se vieron perjudicadas por la caída del precio de las materias primas, que redujo la capacidad de varios gobiernos para realizar grandes obras y con ello, hubo un freno en las contrataciones, principalmente en América Latina y África.

Las dos empresas ya han afirmado públicamente que sus prioridades en el exterior serán las áreas de energía, movilidad urbana y puentes.

Para Romano, lo que facilitó que Odebrecht y OAS volvieran al mercado internacional fueron los acuerdos de lenidad firmados con la Justicia, en los cuales las empresas acusadas de crímenes pagan importantes multas y cooperan con las autoridades, a cambio del perdón o de una reducción de la pena.

Odebrecht ya cerró este tipo de acuerdos con las autoridades de Brasil, EEUU, Suiza, Panamá, República Dominicana. Guatemala, Ecuador y Perú, y negocia acuerdos en Argentina, México, Colombia, Angola y Venezuela.

"Estos acuerdos a veces son vistos por la prensa como algo negativo, pero en verdad son los pasos que da la empresa para volver a la normalidad", agregó el presidente de la Abemi.

Ambas empresas pero, viven una nueva realidad. Antes de la operación Lava Jato, Odebrecht actuaba en hasta 16 áreas de negocios, con la construcción como principal sector, con 200.000 empleados en total y una cartera de negocios de unos US$30.000 millones, mientras que la facturación rondaba los US$20.000 millones.

Actualmente, la mayor constructora de Brasil actúa en seis áreas y tiene menos de 100.000 empleados.

Por su parte, OAS llegó a tener 120.000 trabajadores en 2013, aunque con la operación Lava Jato, cayeron a unos 70.000 en 2015.

En proceso de recuperación judicial, OAS factura actualmente 1.000 millones de reales anuales (unos US$250 millones), una décima parte de lo que facturaba antes de la Lava Jato.

Con la retomada de los contratos en el extranjero, estos negocios ya representan el 20% de la cartera de negocios de OAS, de unos 5.500 millones de reales (unos US$1.410 millones) en contratos, con la intención de que lleguen a representar el 50% o más.

Para Romano, "es importante que el gobierno brasileño vuelva a apoyar la exportación de servicios. Si las empresas brasileñas no conquistan mercados en el exterior, otras compañías de otros países lo harán, e incluso podrían acabar ganando espacio en Brasil. Y a largo plazo, esto podría generar una pérdida de capacidad tecnológica al país", finalizó el experto.

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Xinhua