El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, anunció la decisión este jueves señalando que no se podía justificar nuevas licitaciones "para la explotación petrolera si lo que se hizo fracasó, o no ha dado resultados".
Ciudad de México. México no convocará a nuevas licitaciones de contratos para buscar socios de la petrolera estatal Pemex para exploración y explotación de hidrocarburos hasta que las actuales no den resultados, dijo este jueves el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.
La semana pasada, el regulador petrolero mexicano (CNH) anunció la cancelación de las licitaciones de Pemex en siete áreas en tierra -principalmente de gas-, luego de que tanto la empresa como la Secretaría de Energía retiraron las áreas puestas a subasta.
El gobierno de López Obrador, quien asumió en diciembre, ha cancelado todas las licitaciones de contratos que la administración anterior tenía en curso tras la profunda reforma energética realizada entre 2013 y 2014 y por la que se otorgaron más de 100 contratos.
"Nunca me he comprometido a que van a continuar las rondas (de licitaciones)", dijo el mandatario en su habitual rueda de prensa matutina.
"No vamos a convocar a nuevas rondas en tanto no haya resultados porque no hay inversión, no están produciendo", agregó. "Cómo vamos a justificar el que seguimos convocando a entregar áreas para la explotación petrolera si lo que se hizo fracasó, o no ha dado resultados".
Las cancelaciones han sido mal vistas por algunos comisionados de la CNH quienes han dicho que Pemex debería aprovechar los instrumentos que tiene a la mano, como las asociaciones, para fortalecerse y poder cumplir con la meta gubernamental de elevar su producción de crudo.
Pemex requiere grandes inversiones para apuntalar una producción de hidrocarburos que decae y que actualmente ronda mínimos históricos de alrededor de 1.6 millones de barriles por día (bpd). El Gobierno busca elevar su bombeo a entre 2.4 y 2.6 millones de bpd para fines de 2024.
La petrolera, cuya deuda financiera alcanza los US$106.500 millones, recibió a principios de junio un duro golpe luego de que la agencia Fitch redujo su calificación crediticia a la categoría de basura.