Barack Obama apoya un pacto que logró el viernes el Congreso sobre una rebaja tributaria, pero la insistencia de los republicanos en incluir una demanda para acelerar una decisión sobre un controvertido oleoducto implica que es casi seguro que éste no será construido.
Washington. El presidente Barack Obama apoya un pacto que logró el viernes el Congreso sobre una rebaja tributaria, pero la insistencia de los republicanos en incluir una demanda para acelerar una decisión sobre un controvertido oleoducto implica que es casi seguro que éste no será construido, dijo un funcionario del Gobierno.
La administración de Obama cree que si bien el acuerdo para extender las exenciones tributarias a las nóminas de pago por sólo dos meses no es lo ideal, sería inconcebible que los republicanos accedieran a eso y posteriormente se rehusaran a ampliar los recortes para el resto del año, dijo el funcionario.
El funcionario dijo que el acuerdo, que aún debe ser aprobado por el pleno del Senado y la Cámara de Representantes, cumple con el objetivo de Obama de que los impuestos a la clase media no aumenten debido al vencimiento de los recortes tributarios a fines de diciembre.
Pero no cumple con la intención original de Obama de ampliarlos por un año completo y además va contra una exigencia anterior de la Casa Blanca de que no se relacionara con el propuesto oleoducto Keystone XL, entre Canadá y Texas.
El funcionario aclaró, sin embargo, que Obama ha estado más preocupado del daño a una frágil economía en recuperación si millones de familias enfrentan mayores impuestos el próximo año.
El Gobierno considera que la insistencia de los republicanos sobre unir la revisión del oleoducto al acuerdo tributario es contraproducente a sus propios esfuerzos por lograr que el proyecto de US$7.000 millones reciba una vía rápida debido a que lo consideran una potencial fuente de empleos, dijo el funcionario.
Obama respalda la advertencia del lunes del Departamento de Estado de que los esfuerzos por limitar la revisión del oleoducto a 60 días violaría las leyes medioambientales y lo obligaría a negar su aprobación, dijo el funcionario.
Reconociendo las preocupaciones de los ecologistas, Obama ordenó el mes pasado al Departamento de Estado que realizara una revisión adicional al oleoducto. Eso postergaría la decisión sobre la aprobación del proyecto hasta después de la elección presidencial del próximo año, en la que buscará un nuevo mandato.
El presidente demócrata puede vivir con la cláusula sobre el acuerdo tributario, debido a que no lo obliga a aprobar el oleoducto, sólo a que tome una decisión dentro de 60 días sobre si permitirá o no su construcción.
El funcionario dijo que ahora el proyecto seguramente sería rechazado, debido a que Obama ha dejado en claro que no dará la autorización sin que se dé tiempo a una revisión adecuada de los riesgos de seguridad, medioambientales y a la salud.