Para el managing director en América Latina de la nueva compañía Hitachi ABB Power Grids, la región ofrece múltiples oportunidades para sus soluciones de energía, especialmente en automatización de redes, a pesar del difícil momento que atraviesan sus economías. AméricaEconomía conversó con Ramón sobre las perspectivas de la nueva filial de Hitachi y la apuesta regional por las renovables no convencionales.
Con 30 años trabajando en la corporación de tecnología de energía eléctrica y automatización, ABB, Ramón Monras ha vivido en primera línea los múltiples cambios que se han dado en el sector energético-industrial. En esas tres décadas –explica el ejecutivo– uno de los grandes cambios para su industria fue la ola de automatización, pero lo más fascinante para él se está dando, sin duda, en el momento actual con la digitalización y la Cuarta Revolución Industrial. “Todo el internet de las cosas, el monitoreo remoto, el uso masivo de las múltiples nubes. Eso permite que los equipos nos avisen de dónde hay problemas para que se tomen acciones. Estamos viviendo en un mundo fascinante que va a conducir a cosas que antes parecían ciencia ficción”, dice.
Muchas de estas tecnologías se incorporaron recientemente al portafolio del nuevo gigante de la tecnología: Hitachi ABB Power Grids, una nueva compañía producto de la compra del 80,1% del negocio de la unidad de negocios de Power Grids de ABB por la compañía japonesa de electrónica y energía eléctrica Hitachi, por alrededor de US$ 6.850 millones. Se trata de una compañía que inició operaciones el 1 de julio, con un volumen de negocio de US$ 10.000 millones, 36.000 empleados, que controla más del 30% de las redes a nivel mundial y cuyos softwares administran cada día más de 1 millón de activos de energía.
Según Ramón Monras, su managing director en América Latina (a excepción de Brasil y México), la nueva empresa tiene un enorme potencial de crecimiento en la región. Y es que el fuerte peso de las industrias extractivas, con un uso intenso de energía y la apuesta regional por las renovables no convencionales, entre otras cosas, abren múltiples oportunidades para la compañía. AméricaEconomía charló con el ejecutivo, quien fue líder de la división de Power Grids de ABB en la región, sobre sus planes y perspectivas en el escenario actual.
- Cuando se anunció el joint venture, el CEO de la nueva compañía resaltó que las tecnologías digitales de Hitachi aportarían a las soluciones de red eléctrica de ABB. ¿De qué forma están integrando las soluciones y los productos de ambas compañías?
Esta unión es de las que hacen el mayor sentido, porque somos dos líderes digitales que hemos trabajado a lo largo de los años en estas soluciones. En ABB trabajábamos plataformas digitales, pero la plataforma Lumada de Hitachi nos permite dar a nuestros clientes unas soluciones con analítica avanzada de datos, que permiten tomar decisiones en el momento oportuno.
- Iniciaron el año con un contexto muy diferente, con unas perspectivas económicas más bien desalentadoras por la pandemia. ¿Cuánto han tenido que modificar sus planes?
Sin duda la pandemia del COVID-19 afecta a todas las compañías, incluso las que están en el sector energía. Si bien podemos ver una disminución del consumo industrial y comercial, hay un aumento de los consumos residenciales. ¿Qué significa eso para nosotros? Hay una cancelación de proyectos y la postergación de otros. Pensamos que va a haber una reducción en el corto plazo [de los proyectos], pero en el mediano y largo plazo debe haber una reactivación, en la media que todos los sectores nuevamente tomen su actividad productiva. En ese sentido, nuestros planes globales siguen igual. Particularmente, en América Latina este año estamos manteniendo el presupuesto, a menos de que el cambio sea dramático y la crisis tome un rumbo distinto. Hay que decir que en este primer semestre, con toda la volatilidad que hubo en los mercados y todas las dificultades a nivel regional tuvimos un crecimiento del 23% en órdenes y pedidos.
- ¿En qué países les va a ir mejor y en cuáles podrían tener resultados no tan positivos?
En el conjunto de la región tuvimos un excelente desempeño en el primer trimestre, pero sí hay países a los que les fue bien y otros que tuvieron dificultades. En Colombia el resultado fue bastante positivo. Hay dinamismo y se están presentando oportunidades de negocios en diferentes sectores. Si vamos al lado opuesto, tenemos a Argentina con muchas dificultades. Al país lo golpeó el COVID-19 teniendo ya problemas macroeconómicos. Los comentarios sobre un nuevo default en su deuda externa hacen que la inversión se paralice. Por otro lado, Perú tiene unas grandes posibilidades. El gobierno quiere acortar la diferencia de producción cuprífera de Chile y eso implica inversiones de miles de millones de dólares que reactivarían la economía y darían espacio a grandes proyectos y empresas como la nuestra. Tiene buenas posibilidades superando el tema de la pandemia. Chile también podría recuperarse, aunque las protestas sociales ya habían afectado bastante a su crecimiento.
- ¿Qué unidades de negocio tienen mejores opciones de crecimiento en la región teniendo en cuenta el contexto?
Las cuatro unidades [automatización e integración de redes, equipos de alta y ultraalta tensión y transformadores] tienen potencial. Cuando hay un sistema de potencia completo involucra no solamente transformadores y equipos de patio, como interruptores de alta tensión o desconectadores, sino también toda la parte de inteligencia digital y soluciones de energía. Por eso tenemos posibilidades muy amplias en lo que llamamos automatización de redes. Nuestras soluciones implican no solamente productos, sino también servicios de software y soluciones completas.
- ¿Hay algún país de la región que vaya especialmente avanzado en la automatización de sus redes?
Años atrás nos pusimos el objetivo de tener las primeras soluciones digitales en América Latina y en este momento ya tenemos subestaciones digitales en Argentina, Chile, Perú y Colombia. Son subestaciones que implican una disminución considerable de la inversión, en las que el cableado de cobre es reemplazado por fibra óptica y cuyos tableros de protección y control son bastantes reducidos. Estas permiten una gestión remota a través de la nube y conocer en qué momento podría fallar un activo, gracias a los algoritmos y la información que procesa.
- ¿Hay diferencias en cuanto a la adopción de innovaciones en América Latina respecto a otras regiones?
El tema de la inversión y de la fortaleza de la moneda determina mucho eso. En América Latina, cuando se tiene una altísima devaluación, obviamente las inversiones y el capex para estos equipos que vienen del exterior se resienten, y se paralizan o se demoran un poco las inversiones. Pero aun así, creo que hay una introducción similar y los clientes de grandes industrias, como la minería, son conscientes de que estas inversiones al final son fundamentales, porque permiten tener un mejor rendimiento de los activos y una mayor productividad. Hay una gran voluntad, aunque también limitaciones de tipo económico que no permiten la gran escala que se encuentra en otras geografías.
- Se estima que para el 2040 el 70% de las fuentes de energía de América Latina serían renovables. Ahora pocos países superan el 50%. ¿Se va a dar ese salto teniendo en cuenta el escenario de pandemia?
Realmente, inversiones en grandes hidroeléctricas o térmicas no se van a dar. En cambio la generación con energías renovables no convencionales, solar y eólica, tiene una importancia muy grande en la región. Recientemente en Colombia, por ejemplo, se adjudicaron 2,13 GW de energía renovable no convencional, entre solar y eólica, y Chile también avanza a pasos muy ágiles en este sentido. Básicamente todos los países de la región tienen proyectos. En Centroamérica y El Caribe tenemos la tendencia hacia las microgrids o microredes, con varias fuentes de tipo renovable no convencional.
- ¿Cómo impactaría el desarrollo de estos proyectos en su negocio?
De una manera enorme. Nosotros hemos hecho la mayor cantidad de integraciones de renovables no convencionales a los sistemas de redes tradicionales. Tenemos soluciones de energía, calidad de potencia, eficiencia y reducción de pérdidas. Por ejemplo, en Chile hemos participado en el más alto porcentaje en la integración de renovables en la red, con subestaciones digitales, transformadores y demás elementos de alta tensión. Ante una reducción considerable del capex en proyectos tradicionales sí podemos esperar unas importantes inversiones en materias de las nuevas renovables. Y algo muy importante es que el esquema está cambiando. Antes, era una venta directa, tradicional de una solución y unos activos y ahora estamos dispuestos también a hacer ventas de energía como un servicio. Es decir: poseer los activos, hacer toda la actividad de generación, transmisión y distribución y vender la energía como un servicio a clientes.
- Una de las oportunidades que destacan tiene que ver con la movilidad sostenible. De hecho, recientemente lanzaron un sistema de carga para vehículos eléctricos. ¿Qué perspectivas ve en la región, teniendo en cuenta que el avance en electromovilidad ha sido más bien modesto?
Son bastante altas en la medida de que todos los países tienen enormes posibilidades para la movilidad eléctrica masiva, ya sea a través de buses eléctricos o sistemas ferroviarios. En la parte de buses, tenemos soluciones como la carga tipo Flash, que permite que la carga se dé en el momento en el que el bus llega a la estación y que hace que no se requieran grandes baterías. Ya la tenemos instalada en Ginebra, en Suiza. Esperamos introducirla algún día en la región. Es una de las tantas soluciones de movilidad que tenemos y que ahora se potencian en la unión con Hitachi. Ahora, en la parte de sistemas ferroviarios tendremos no solamente la parte de electrificación y subestaciones de tracción sino también el material rodante.
- ¿Qué falta en América Latina para que la electromovilidad avance a mayor ritmo?
Se requiere voluntad de los gobiernos, grandes inversionistas y que se vaya avanzando con la idea de que trae muchos beneficios. Obviamente, al principio, como con cualquier tecnología, las inversiones tienden a ser altas para países con moneda frágil como los latinoamericanos, pero poco a poco se va avanzando y podemos llegar a un punto donde las soluciones sean viables económicamente.
- ¿En qué tipo de innovaciones están trabajando?
Hay muchas cosas. Todo el tema digital tiene desarrollos y mejoras año tras año. Lo que viene más adelante en materia de diseño, por ejemplo, es el diseño basado en digital twins o gemelos digitales, que permiten unir los mundos físico y digital usando tecnologías como realidad aumentada o inteligencia artificial. Permite saber de antemano cómo va a quedar la disposición del layout de activos energéticos o de una actividad industrial antes de que se haga la inversión. La movilidad eléctrica y los vehículos autónomos también van a ser muy importantes para Power Grids y la unión con Hitachi. Hay un mundo fascinante de desarrollo tecnológico donde estoy seguro que la nueva corporación jugará un papel importante.