Esos clientes también aprovecharían entre el 7% y 10% de la capacidad instalada de la Red Dorsal, complicando todavía más la apuesta de Azteca Comunicaciones de Grupo Salinas por la explotación de esa infraestructura para conectividad.
La Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica de Perú (RDNFO), construida, administrada y operada por Azteca Comunicaciones Perú de Grupo Salinas, consiguió atraer a menos de 30 clientes en los casi cuatro años de funcionamiento pleno que liga esta obra de infraestructura, cuyo fin es llevar conectividad a las regiones más apartadas de ese país sudamericano.
Estos clientes también aprovecharían entre el 7,0% y 10% de la capacidad instalada de la Red Dorsal, y este hecho obedecería al rígido esquema de elevadas tarifas para la venta de capacidad que dificultan al concesionario Azteca Comunicaciones la atracción de clientes interesados en utilizar la infraestructura de esta red mayorista para el transporte de su tráfico por todo Perú.
Aparte, un 60% de la infraestructura instalada de la Red Dorsal coincide con las coberturas de las redes construidas por terceros operadores, lo que también habría restado atractivo a la RDNFO, de acuerdo con diversos informes del regulador Osiptel y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Perú.
Todo lo anterior forma parte de los motivos por los que Azteca Comunicaciones solicitó la caducidad del contrato para explotar la Red Dorsal de Perú, una petición que está siendo analizada por el gobierno peruano.
Grupo Salinas alista su salida de la Red Dorsal de Perú. Azteca Comunicaciones Perú, una de las subsidiarias sudamericanas de Grupo Salinas, solicitó hace unos días poner fin al contrato de construcción, administración y explotación de la Red Dorsal que firmó en el año 2014 con el gobierno de ese país para llevar conectividad de voz, datos y video a las 180 ciudades peruanas de mayor relevancia.
La compañía formalizó la semana pasada una solicitud para dar “caducidad” al contrato y ahora toca al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), a la Contraloría General de la República, al Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel) y al Ministerio de Economía y Finanzas peruanos evaluar la petición.
De acuerdo con el informe presentado por Azteca Comunicaciones al gobierno, el traspaso de la Red Dorsal al Estado peruano tendría la fecha límite del 31 de diciembre del 2020.
Azteca Comunicaciones llevaba cerca de dos años evaluando la posibilidad de abandonar el proyecto ante la dificultad de conseguir clientes por el rígido y encarecido esquema de tarifas establecido en el contrato original, lo que además provocó que el resto de la industria prefiriera construir sus propias redes de transporte a precios más accesibles.
Perú propuso a Azteca transportar tráfico internacional. Tras las complicaciones para atraer clientes que enfrentó el concesionario de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica de Perú, el gobierno de ese país propuso a la empresa establecer una estrategia de “flexibilidad tarifaria” por volumen y en regiones específicas, como manera para que Azteca Comunicaciones pudiera competir con mayores herramientas en el sector de telecomunicaciones peruano, aunque ello hubiese significado que en algún momento dejaría de recibir los reembolsos fijados en la firma del contrato original por la administración de la red, pues la compañía ya podría entonces allegarse de recursos a través de la base clientes que eventualmente iría construyendo.
El gobierno peruano se dijo después abierto a habilitar a Azteca Comunicaciones para el manejo del tráfico internacional a través de la Red Dorsal y conectar a Perú con Colombia, Ecuador, Chile, Brasil y Bolivia, con lo que hubiera abierto una nueva veta de ingresos y sentado un precedente para ese proyecto de conectividad que no se pensó durante su concepción original de 2012 ni en la firma del contrato en 2013-2014.