El CEESP sostuvo que el debilitamiento aumenta el nerviosismo de los mercados y puede llevar a una disminución en la calificación de deuda de México.
Ciudad de México.- Ante un escenario en el que los flujos de inversión, tanto nacionales como extranjeros se mantienen cautelosos, en el que aumenta la probabilidad de un menor crecimiento de la economía para el presente año, es urgente que el nuevo gobierno genere un ambiente de certidumbre y un sólido estado de derecho para incentivar a las inversiones, consideró el sector privado mexicano.
El debilitamiento de la economía mexicana refleja la coyuntura de incertidumbre que se agudizó en el último trimestre del año pasado y que incidió en la dinámica de la inversión productiva, por una parte, están los eventos como el desabasto de combustibles que afectó la actividad de diversos sectores productivos, aunado a la preocupación sobre las decisiones y políticas instrumentadas por el nuevo gobierno (la cancelación del NAIM le pega directamente a la construcción), sostuvo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Agregó que el debilitamiento aumenta el nerviosismo de los mercados y puede llevar a una disminución en la calificación de deuda de nuestro país.
Por tanto, el organismo privado aglutinado en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) estableció que la responsabilidad de las autoridades para lograr un escenario en el que haya más recursos para crecer es evidente, y requiere del sector privado.
Su compromiso de generar un entorno de seguridad y facilidad para que el capital privado participe en proyectos públicos es pieza clave para crecer. Es claro que el gobierno federal no cuenta con los recursos suficientes para este tema mientras su prioridad sea el gasto social.
En su mensaje semanal, el CEESP sentenció: “No hay duda de que la inversión es el principal motor del crecimiento, y esta proviene principalmente del sector privado”, pues según Cuentas Nacionales, del total de la inversión del país, 86% proviene del sector privado.
Resulta fundamental, advirtió, generar un ambiente de certidumbre y de un sólido estado de derecho que sustente un ambiente de reglas del juego claras, de tal manera que los dueños del capital tengan un incentivo para canalizar sus recursos a proyectos rentables que detonen la infraestructura y se convierta en un vehículo que conduzca a un mayor ritmo de crecimiento y bienestar.
Los analistas privados refirieron que las cifras desagregadas por Gobierno Federal y organismos y empresas, así como empresas productivas del estado, se observa que las cuentas del gobierno Federal no fueron tan favorables como lo refleja el resultado consolidado, ya que concluyó el año 2018 con déficit primario de 25,404 millones de pesos, lo que equivale a 0,1% del PIB.
La expectativa para este año es que este desbalance se revierta, de lo contrario el Gobierno Federal tendrá que pedir prestado hasta para pagar los intereses lo que, en un ambiente de escasos recurso y gasto creciente, puede complicar el escenario de las finanzas públicas.
Si el objetivo es lograr tasas de crecimiento superiores a 2%, es fundamental que las autoridades generen las condiciones propicias para que la inversión fluya eficientemente.