Antonio Felfle, presidente de Asoportuaria, estima que se necesitan US$500 millones en los próximos años, para poner a tono la infraestructura portuaria, y así afrontar los acuerdos comerciales.

Los puertos de Colombia, tras la puesta en marcha de grandes acuerdos de libre comercio como los de Chile, Suiza y Estados Unidos, afrontan grandes retos para su mejoramiento. Entre ellos, su conectividad con el interior del país y la ampliación de zonas de almacenamiento de contenedores.

Esta tarea urgente, según los cálculos del presidente de Asoportuaria, Antonio Felfle, le puede costar a los principales puertos del país aproximadamente US$500 millones en los próximos tres años. En diálogo con El Espectador, el directivo de esta sociedad que agremia a 17 puertos dijo que “si se leen los indicadores logísticos, el país ocupa el puesto 68 en el mundo. Hay terreno donde podemos mejorar. Se perdieron muchos años. En el tema de aduanas, ya hay operación las 24 horas y los siete días de la semana. Tenemos que trabajar con el sector privado y con el Gobierno, para sacar proyectos adelante”.

Aunque los puertos de Barranquilla, Santa Marta, Cartagena y Coveñas se han preparado para recibir mayores volúmenes de carga, para Felfle es necesario que a estos se les articule el río Magdalena como vía fluvial lo más pronto posible. Sin embargo, resalta que “nos vemos a veces frenados en licencias ambientales. Vemos con preocupación que los extranjeros han hecho esfuerzos económicos de traer sus flotas fluviales y no están trabajando como quisiéramos. En ese orden de ideas, el objetivo es mover petróleo. Los privados estamos listos y pedimos un apoyo del Gobierno para hacer nuevos terminales de transferencia”.

Según Felfle, el Magdalena no tiene problemas de navegación del kilómetro 0 (en Barranquilla) hasta el 500 (en Barrancabermeja). Sin embargo, en el tramo Barrancabermeja-Puerto Salgar-Puerto Berrío, el río tiene muchos brazos, lo que disminuye la profundidad para navegar. “Vemos la intención de Cormagdalena de sacar esto adelante el próximo año. Hay más recursos que antes”.

De acuerdo con un informe del Consejo Privado de Competitividad, “la falta de competitividad en el transporte de carga, la ausencia de plataformas logísticas, la ineficiencia en puertos y en trámites de comercio exterior, explican en buena medida la falta de eficiencia logística”.

Para el gremio, mejorar la eficiencia de los puertos nacionales y de los trámites de comercio exterior depende de contar con una tecnología adecuada que “permita la compatibilidad entre los sistemas de información de los organismos públicos y de los privados. También, la masificación del Operador Económico Autorizado (OEA)”.

-¿Cómo van las cosas para los puertos del Caribe?

-Esperamos un crecimiento del 8% para 2012 y hemos tenido un buen año. Se hizo un convenio para la contratación y mantenimiento del canal de acceso al puerto de Barranquilla. Estamos en el proceso de abrir nuevamente la licitación para el segundo tramo de dragado a mediados de febrero.

En materia comercial, hay que tener en cuenta que el mundo está un poco apagado, en particular Europa y Asia. Los grandes consumidores de materias primas han reducido su demanda y eso afecta indicadores de exportación. Probablemente, en el segundo semestre del otro año puede venir un repunte.

-¿Cómo crece el interés por los puertos de la Costa Caribe?

-En el caso nuestro, el grupo chileno Southern Cross Group adquirió más del 50% de la Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla. Vemos con buenos ojos que estén mirando esta zona. También, nuevos inversionistas colombianos le apostaron al crecimiento del país al adquirir la mayoría de las acciones de la Sociedad Portuaria Bocas de Ceniza.

-¿Le faltan más puertos a la Costa?

-Se entregaron en concesión en Bocas de Ceniza unas 1.350 hectáreas a dos empresas. Allí, se pueden desarrollar muchas terminales que requieren de cuantiosos recursos. Estamos apostándole a los puertos de calado de más de 20 metros. Consideramos que Colombia necesita un gran puerto de aguas profundas en el Pacífico y otro en el Atlántico.