Muchos han acudido tres veces a sus ahorros de jubilación desde que estalló la pandemia en marzo de 2020, golpeando al poderoso sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que fue alabado por economistas de libre mercado en todo el mundo.
Santiago. Millones de chilenos solicitaron en masa esta semana un tercer retiro de sus ahorros de jubilación, drenando casi US$ 10.000 millones al sistema privado, en una medida impulsada como salvavidas para enfrentar el impacto de una segunda ola de contagios de COVID-19 en el país sudamericano.
A fines de abril, el Congreso aprobó una ley que brinda a los ciudadanos una tercera oportunidad de retirar el 10% de los ahorros en fondos de pensiones privados.
Muchos ya acudieron dos veces a sus ahorros desde que estalló la pandemia en marzo de 2020, golpeando al poderoso sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que fue alabado por economistas de libre mercado en todo el mundo.
A última hora del martes, más de 5,5 millones de personas habían pedido el pago, con un promedio de alrededor de US$ 2.000 por persona, según la Superintendencia de Pensiones.
Ives Ghetto, un panadero desempleado de Santiago de 61 años, dijo a Reuters que sus fondos se habían destinado directamente a alimentar a su familia.
"En la olla no más, en la cocina, nada más. No nos queda otra", dijo mientras esperaba en la fila para tramitar un pago adicional por desempleo.
El gobierno conservador de Sebastián Piñera se ha opuesto a los retiros de los fondos privados, piedra angular de su mercado de capitales, argumentando que disminuyen las ya languidecidas pensiones a largo plazo. En cambio, ha implementado más de US$ 12.000 millones en planes de alivio.
"Esto es como vender el refrigerador para compra comida, o sea, no es que uno esté mejorando su situación, en realidad la está empeorando", dijo Vicente Espinoza, sociólogo e investigador chileno, quien calificó los retiros de mala política pública.
Pero los críticos dicen que la ayuda del gobierno se ha atascado en la burocracia y es de difícil acceso.
"En la medida que las políticas del gobierno tengan trabas o tengan obstáculos para llegar a la gente que realmente lo necesita, es la única alternativa disponible", agregó.
Más de 22 millones de personas en América Latina cayeron en la pobreza en 2020, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), mientras la región sigue registrando un aumento de casos y muertes debido al coronavirus.