El ex vicepresidente de la entidad, Jeffrey Webb, compareció ante una corte federal, donde enfrenta cargos por corrupción.
Jeffrey Webb, exvicepresidente de la FIFA y expresidente de la Concacaf, compareció este sábado ante un juez en Brooklyn, Nueva York, instancia en la que se declaró no culpable por los cargos que enfrenta. Webb fue uno de los siete altos funcionarios de la FIFA arrestados en Suiza por una investigación por presunta corrupción que lleva adelante la justicia estadounidense.
Webb, el primero de los requeridos en ser extraditado a Estados Unidos, enfrenta cargos por conspiración delictiva, fraude informático y lavado de dinero, entre otros. El ciudadano de las Islas Caimán, de 50 años, fue puesto en libertad bajo fianza a cambio de US$10 millones, cifra que fue garantizada por diez familiares, incluida su esposa, además de propiedades, vehículos, posesiones personales y activos financieros. No fue fijada una fecha para la realización del juicio.
Webb entregó tres pasaportes (dos del Reino Unido y uno de las Islas Caimán) y deberá portar un aparato de monitoreo como condición para ser puesto en libertad. La única vez que Webb habló frente al juez fue para decir “sí, su señoría” cuando fue consultado sobre si entendía los cargos que se le imputan. El abogado del funcionario, Edward O'Callaghan, no hizo comentario después de la audiencia. Los fiscales también optaron por el silencio.
Millones de dólares en juego. Webb es uno de nueve funcionarios del fútbol y cinco ejecutivos de marketing acusados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de aprovechar los negocios del fútbol para beneficio personal y obtener ganancias a través de sobornos por US$150 millones en 24 años. Según la acusación, Webb usó sus posiciones influyentes para pedir sobornos de empresas de marketing deportivo a cambio de derechos comerciales para partidos de fútbol.
El pago de un soborno por US$500.000 fue usado supuestamente para construir una piscina en la casa del exdirigente dela FIFA en Loganville, Georgia, según la acusación. Las autoridades de Estados Unidos afirman que su investigación, que realiza en paralelo a una indagación de las autoridades suizas, ha dejado al descubierto complejos esquemas de lavado de dinero, millones de dólares en ingresos que no pagaron impuestos y decenas de millones de dólares en cuentas en el extranjero mantenidas por funcionarios de la FIFA.