El presidente uruguayo puso a trabajar su prestigio internacional al pegarle a la FIFA, en una jugada que puede golpear aún más la imagen del organismo del fútbol.
- "¿Lo publico a esto?”.
- “Publicalo, ¿por mí?”
El diálogo lo mantuvo el conductor televisivo Sergio Gorzy con el presidente José Mujica el domingo a la noche, cuando el mandatario saludaba el arribo de la delegación de la selección uruguaya de fútbol al aeropuerto de Carrasco. “La FIFA son una manga de viejos hijos de puta”, le había dicho segundos antes Mujica ante la consulta de Gorzy acerca de qué le había dejado la participación de Uruguay en la copa del mundo en Brasil. El presidente se dio cuenta de inmediato de la dura frase que había lanzado y, en un gesto irónico, se tapó la boca y rió. A su juicio, la sanción impuesta a Luis Suárez por el órgano regulador del fútbol fue “fascista”.
De todas las críticas que recibió la organización mundial tras el castigo a Suárez por su mordisco a Giorgio Chiellini, el insulto de Mujica fue el que más impacto tuvo. La noticia recorrió el mundo en pocos minutos y no hubo medio internacional que no destinara espacio al tema.
Por más machucones que tenga la FIFA producto de acusaciones de corrupción y mal manejo de los fondos, este ataque, además de ser fuerte, parte de una figura con buena popularidad mundial.
Mujica es idolatrado en el exterior por su forma de vida, sus pensamientos y ocurrencias. Fue postulado al Premio Nobel de la Paz, y sus discursos en prestigiosas tribunas internacionales, como la ONU, son vistos y compartidos por millones de personas en todo el mundo. El impacto de su disparo contra la FIFA, por lo tanto, puede hacer mella en esta organización sobre la cual recae una oscura sombra.
El peso de la FIFA se puede medir en dinero o adhesión. Los últimos balances hablan de un patrimonio de US$ 3 mil millones, y en integrantes supera a la Organización de Naciones Unidas, que cuenta con la participación de 193 Estados miembros, contra 204 de la FIFA.
No es común oír críticas a nivel internacional contra Mujica. En la conferencia diaria que ofrecen emisarios de la FIFA en Río de Janeiro (Brasil), mientras transcurre la competición, voceros de la organización fueron consultados ayer acerca del insulto del presidente uruguayo. Sin embargo, los representantes dijeron que no tenían comentarios, a pesar de haberse informado del hecho.
Desde que se metió con el máximo ídolo futbolístico contemporáneo de los uruguayos, la FIFA pasó a ser mala palabra en Uruguay. Eso Mujica lo tiene claro y, de alguna forma, intentó representar el sentir del público. Desde un principio se metió en el asunto. Incluso mantuvo reuniones con sus colaboradores en Torre Ejecutiva y se comunicó telefónicamente con el técnico Óscar Tabárez ni bien se conoció la sentencia contra Suárez, para transmitir apoyo.
La senadora Lucía Topolansky se hallaba junto a Mujica cuando insultó a la FIFA. Gorzy le preguntó qué opinaba, y la esposa del presidente dijo que adhería a sus palabras. Lo mismo hizo el vicepresidente Danilo Astori cuando lo consultaron sobre el tema.
Por otra parte, está en el medio la posibilidad de que Uruguay organice, junto a Argentina, la Copa Mundial de Fútbol de 2030. La propuesta ya es formal y ambos países trabajan en una comisión en ese sentido. Hace dos años, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, visitó Uruguay y se reunió con autoridades de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). También mantuvo un almuerzo con Mujica.
Una fuente del gobierno informó a El Observador que la comisión del mundial 2030 sigue en pie, aunque hace tiempo no se reúne. Las fuentes oficiales adjudican la actitud de Mujica como una salida personal más que una estrategia de gobierno.