El año futbolístico arrancó en Uruguay de forma violenta el miércoles 16 de enero con la disputa del primer clásico del año entre los equipos de Peñarol y Nacional por la semifinal de la Copa Bimbo.
Montevideo, EFE. Uruguay decidió suspender por diez días las actividades futbolísticas debido a los incidentes violentos que ocurrieron el pasado miércoles durante un clásico entre Peñarol y Nacional que se saldó con un herido de bala y un jugador arrestado y procesado por agredir a un policía, informa hoy la prensa local.
La decisión fue tomada tras una reunión en la noche del jueves entre la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y el ministerio del Interior e implica la suspensión de los partidos finales de la Copa Bimbo, el más importante torneo de verano del país y en cuyas semifinales se produjeron los incidentes, así como la Copa Antel, en la que Peñarol y Nacional tenían previsto volver a verse las caras el próximo miércoles.
"Nos reunimos con la Comisión de Seguridad del Deporte del Ministerio del Interior. Coincidimos en que hay que tomar decisiones y mandar señales de que hay ciertos límites que se deben respetar. Los hechos ocurridos afuera y dentro del Estadio Centenario no pueden repetirse", dijo el presidente de la AUF, Sebastián Bauzá, al anunciar la medida.
Bauzá señaló que de este modo "el fútbol quiere ayudar a la sociedad" y que el país se debe "una semana de reflexión" para que el fútbol siga siendo "una fiesta".
El año futbolístico arrancó en Uruguay de forma violenta el miércoles 16 de enero con la disputa del primer clásico del año por la semifinal de la Copa Bimbo.
Ya antes del inicio del partido, mientras los otros dos equipos participantes en el torneo, los argentinos Atlético Tucumán y Atlético de Rafaela, jugaban su semifinal, la policía se enfrentó de forma violenta con un grupo de seguidores de Nacional dentro del histórico Estadio Centenario.
Mientras, en otro punto de la ciudad, se producía un incidente más grave cuando un joven seguidor de Peñarol caía herido de gravedad por un disparo, en un encontronazo entre grupos de hinchas de ambos cuadros.
El partido en sí, que quedó en manos de Peñarol por 1-0, fue tenso y las decisiones arbitrales fueron muy criticadas durante el juego, particularmente por los jugadores de Nacional.
Así, al terminar el encuentro se produjo el incidente más notorio, cuando el arquero de los tricolores, Jorge Bava, propinó un fuerte puñetazo en el rostro a uno de los policías que protegía al árbitro de las protestas de los futbolistas mientras se encaminaba al vestuario.
Bava fue detenido por la policía en el mismo estadio y pasó la noche en el calabozo antes de ser trasladado esposado al juzgado donde prestó declaración y donde se tomó la decisión de procesarlo sin prisión por los delitos de atentando y lesiones.