La parte oriental cubana, en particular las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, son las más proclives a que sucedan esos fenómenos, debido a la cercanía al sistema de fallas Bartlett-Caimán.
"Se están puntualizando las acciones de respuesta a un sismo de gran intensidad en el nivel nacional y en el territorio de la región oriental", indicó un comunicado de la DC publicado por los principales medios del país.
El texto explicó que "en las últimas 12 horas han ocurrido 12 sismos perceptibles por la población, cuyas magnitudes oscilan entre 3 y 5 en la escala de Richter, con epicentros localizados a 40 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba", en el este de la isla.
La DC aclaró que en esos remezones no se han reportado daños humanos ni materiales.
El organismo precisó que se han puntualizado las fuerzas y medios que participan en las acciones de respuesta y recuperación ante sismos de gran intensidad, por los ministerios de las Fuerzas Armadas, del Interior, Economía y Planificación, Salud Pública, Transporte, Construcción, Comunicaciones y por la Sociedad Nacional Cubana de la Cruz Roja.
Todo ello, señaló en el texto, teniendo en cuenta las vulnerabilidades existentes, referidas al estado de mantenimiento constructivo del fondo habitacional y de las instalaciones industriales, principalmente las que manipulan sustancias peligrosas y ofrecen servicios.
La parte oriental cubana, en particular las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, son las más proclives a que sucedan esos fenómenos, debido a la cercanía al sistema de fallas Bartlett-Caimán.
Esa falla es el límite de las placas de América del Norte y del Caribe, y en sus inmediaciones se reportan los movimientos telúricos más fuertes, por lo que, como promedio, en la isla se registran cada año de 10 a 15 sismos perceptibles.
El último terremoto de gran intensidad que causó cuantiosos daños en Cuba ocurrió el 3 de febrero de 1932 en Santiago de Cuba, donde un temblor de 6,2 grados en la escala abierta de Richter provocó 14 muertos y 300 heridos y causó daños al 80 por ciento de las edificaciones.