El aeropuerto de Hong Kong volvió a quedar paralizado por protestas, mientras la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, y China advirtieron a los manifestantes. Y la ONU pidió una "investigación imparcial" de los incidentes violentos.
"La violencia, ya sea su uso o su justificación, llevará a Hong Kong por un camino sin retorno y hundirá a la sociedad de Hong Kong en una situación muy preocupante y peligrosa", advirtió este martes (13.08.2019) la jefa de gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, en una conferencia de prensa.
"La situación en Hong Kong la semana pasada me hizo temer que hayamos llegado a esta peligrosa situación", añadió Lam, quien se enfrentó a difíciles preguntas de periodistas locales y pareció estar al borde de las lágrimas en un momento dado, e hizo un llamado a la calma.
"Tómense un momento para pensar, miren nuestra ciudad, nuestro hogar. ¿Realmente quieren que lo lleven al abismo?", preguntó, negándose de nuevo a hacer cualquier concesión a los manifestantes.
"¡Lucha por la libertad! ¡Apoya a Hong Kong!". El aeropuerto de Hong Kong, octavo por flujo de pasajeros a nivel mundial, intentó reanudar hoy sus operaciones, después de cancelar ayer todos los vuelos por la entrada de miles de manifestantes prodemocracia en la zona de llegadas, pero la situación volvió a salirse del control de las autoridades.
Unos 5.000 manifestantes, según la policía, participaron el lunes en una cuarta jornada de sentada pacífica para sensibilizar a los viajeros sobre su causa. Los manifestantes fueron abandonando poco a poco el aeropuerto a lo largo de la noche, sin intervención policial, pero anunciaron su intención de regresar esta tarde para reanudar la protesta.
Así que,este martes, cientos de manifestantes bloquearon, por segundo día consecutivo, el área de salidas. Las multitudes coreaban "¡Lucha por la libertad! ¡Apoya a Hong Kong!", mientras usaban carros de equipaje para cerrar el paso, junto a quienes protagonizaban una nueva sentada de protesta. Algunos entregaban volantes a los visitantes sobre la violencia contra los manifestantes.
"Las operaciones del aeropuerto internacional de Hong Kong se han visto seriamente perturbadas, y todos los procedimientos de registros de pasajeros ahora han sido suspendidos", se lee en un comunicado publicado en la web del aeropuerto. "Se aconseja a todos los pasajeros abandonar los edificios de las terminales lo antes posible", añade, sin aclarar vuelos serían cancelados ni si los vuelos de llegada se verían afectados por la decisión.
Amenaza china y preocupación de la ONU. Mientras tanto, los medios de comunicación de China, controlados por el gobierno comunista, competían en amenazas contra los manifestantes, justificando de antemano una intervención enérgica para restablecer el orden.
La agencia oficial Xinhua denunció a "radicales violentos" que ponen a Hong Kong al borde de un "abismo", advirtiendo contra contra toda concesión a los manifestantes. La cadena pública de televisión CCTV denunció "actos de una violencia extrema" de "elementos" que "siembran el caos" y son "agua fangosa en el torrente de la historia, que será limpiada".
Los medios estatales emitieron el lunes un vídeo que mostraban vehículos de transporte de tropas que se dirigían supuestamente hacia Shenzhen, fronteriza con Hong Kong. "Si ellos (los manifestantes) no se alejan del precipicio y continúan empujando más allá del punto crítico, el poder del Estado podría venir a Hong Kong en cualquier momento", aseguró Hu Xijin, jefe de redacción del diario nacionalista Global Times.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, por su parte, expresó su preocupación por la represión de las manifestaciones en la excolonia británica. Condenó "cualquier forma de violencia" y exigió a las autoridades hongkonesas "abrir una investigación rápida, independiente e imparcial" sobre el comportamiento de las fuerzas de seguridad, indicó su portavoz Rupert Colville durante una rueda de prensa en Ginebra.
Desencadenada por el rechazo a un proyecto de ley que autorizaba las extradiciones hacia China, la movilización de Hong Kong amplió sus reivindicaciones para denunciar un retroceso en las libertades y una injerencia de China. En virtud del principio "Un país, dos sistemas", que rigió la retrocesión, Hong Kong goza de libertades inexistentes en China, en teoría hasta 2047. Pero un sector de la población cree que Pekín socava cada vez más esos derechos.