En entrevista con Citynoticias (89.3 FM en Guayaquil), Carlos Estarellas, analista internacional, señaló que "hubiera aspirado" a un mayor estudio técnico, por parte de la Cancillería, de las convenciones de asilo.
La decisión ecuatoriana de conceder asilo a Julian Assange tiene profundas implicaciones diplomáticas y puede repercutir en su relación con países como Gran Bretaña, Suecia y Estados Unidos.
En entrevista con Citynoticias (89.3 FM en Guayaquil), Carlos Estarellas, analista internacional, señaló que "hubiera aspirado" a un mayor estudio técnico, por parte de la Cancillería, de las convenciones de asilo.
La cadena británica BBC Mundo expone, en su noticia El caso de Assange divide a los ecuatorianos, el comentario del experto Estarellas: Como profesor de derecho internacional creo que no procede el asilo al señor Assange, básicamente porque él está acusado de haber cometido delitos comunes, no delitos políticos, y la institución del asilo es para delitos políticos.
Sin embargo, el analista resaltó también que Reino Unido no debería ingresar a la sede diplomática ecuatoriana, porque las embajadas tienen inmunidad, como lo establece la Convención de Viena, y añadió que los tratados internacionales están sobre leyes internas que pueda tener Reino Unido.
Pero el catedrático enfatizó en que el gobierno ecuatoriano ha cometido un error al conceder el asilo, a sabiendas de que Londres no otorgará el salvoconducto para que el fundador de Wikileaks salga del territorio británico.
"No veo de ninguna manera algún aspecto positivo para Ecuador en conceder el asilo al señor Assange", concluyó Estarellas.
En tanto, diario El País, de España, expone que el "efecto Assange" afectará los nexos diplomáticos de Ecuador con países como Inglaterra, Suecia, Australia y Estados Unidos.
El ex vicecanciller ecuatoriano, Marcelo Fernández de Córdoba, en declaraciones al diario español, dijo sentirse preocupado de las consecuencias. “Un debilitamiento de las relaciones con uno de los principales Estados miembro de la Unión Europea no creo que sea favorable para Ecuador”, comentó, sumándose al argumento del catedrático Estarellas.
Diario El País resalta que otro socio comercial importante para Ecuador es Estados Unidos, país que le otorga beneficios comerciales por su lucha contra el narcotráfico a través de programa de preferencias arancelarias andinas (Atpdea), que tiene vigencia hasta mediados del próximo año; y recuerda que en julio pasado, la embajadora ecuatoriana en Washington, Nathalie Cely, advirtió que, si el gobierno de Quito concede el asilo a Assange, esto podría ser usado por grupos que cabildean en el Congreso estadounidense en contra de Ecuador.
“Estos grupos, que de hecho ya lo están haciendo, utilizarán estas municiones para atacar al país, pero como siempre defenderemos nuestra posición y nuestras decisiones”, afirmó entonces la representante diplomática.
Pero la decisión ecuatoriana de otorgar asilo a Julian Assange, por otro lado, sería bien vista por algunos gobiernos de izquierda en América Latina, como los vinculados a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). De hecho, los grupos políticos de izquierda latinoamericanos reunidos en julio de este año en Caracas, en el llamado Foro de Sao Paulo, solicitaron entonces al gobierno de Correa que otorgase asilo a Julián Assange “para salvar su vida y su libertad”.
El columnista del diario británico The Guardian, Mark Weisbrot, codirector del Centro para la Investigación Económica y Política, en Washington, DC, expone que uno de los pensamientos de la prensa estadounidense es que Correa quiere mostrarse a sí mismo como un defensor de la libertad de expresión, o que quiere dar un golpe a los EE.UU., o se puso adelante como un líder internacional. Pero califica como un ridículo a cualquiera de estas pretenciones.
Mientras El País resalta que el conceder asilo al fundador de Wikileaks genera nuevas discusiones en medio de una opinión pública ya polarizada en varios aspectos. Los críticos señalan que, Assange, considerado por sus seguidores como defensor de la liberación de información, tramita asilo en un país cuyo Gobierno no otorga entrevistas a los principales medios privados nacionales y se ha querellado contra periodistas, editorialistas y dueños de periódicos por lo que considera “difamaciones” en su contra.
Una vez concedido el asilo, habrá que ver cómo para el Gobierno de Correa encaja el tema Assange dentro de la lucha constante que ha mantenido contra los medios ecuatorianos, expone diario El País.
Finalmente, la concesión de asilo a Assange se produce en medio de un agitado clima político previo a las elecciones presidenciales en Ecuador, previstas para febrero y abril del año próximo. Serán los actores políticos ecuatorianos quienes definan si el caso del fundador de Wikileaks se convertirá en uno de los principales la campaña electoral, concluye.