"Estamos suponiendo o creyendo que todas las muertes selectivas es producto del narcotráfico", dijo el jefe de la Fuerza Nacional de Seguridad Interinstitucional, Quintín Juárez.

Tegucigalpa, Honduras. Las últimas masacres registradas en el departamento de Cortés, al norte de Honduras, estarían relacionados al narcotráfico y crimen organizado y son parte de las secuelas a raíz de la detención de Joaquín "El Chapo" Guzmán , informaron autoridades militares.

Quintín Juárez, jefe de la Fuerza Nacional de Seguridad Interinstitucional (Fusina), en la ciudad de San Pedro Sula, recordó que el narcotráfico es un delito transnacional y por tanto las personas involucradas se movilizan a diferentes sectores ya sea para descansar o para protegerse.

"Por eso es que encontramos extranjeros en nuestro país, ligados al narcotráfico", enfatizó la autoridad, agregando que "estamos suponiendo o creyendo que todas las muertes selectivas es producto del narcotráfico".

Esas muertes selectivas son secuela de la captura del Chapo Guzmán en México, sostuvo. Además, mencionó que estos hechos violentos también se están registrando a nivel de Centroamérica y no solo en Honduras.

Para el jefe militar, las políticas internacionales adoptadas por Colombia y México, entre otros países, contra el narcotráfico han obligado a los narcotraficantes emigrar hacia el centro de América Latina "y esa es la lucha que estamos enfrentando".

El capo del Cártel de Sinaloa del narcotráfico mexicano, Joaquín "El Chapo" Guzmán , fue detenido en febrero pasado en un hotel de Mazatlán, en México, por autoridades mexicanas y de Estados Unidos.

En reacción, el director de la Policía Nacional de Honduras, Ramón Sabillón, afirmó que esa institución armada se preparaba para una escalada de violencia. Durante los 13 años que estuvo prófugo de la justicia, se rumoró la presencia del Chapo en Honduras , sobre todo en la región occidental.

El pasado lunes 3 de marzo, cinco personas perdieron la vida en un tiroteo en la colonia Perpetuo Socorro, en San Pedro Sula. El día 6, un hondureño, un mexicano, un guatemalteco y un beliceño fueron asesinados en una supuesta entrega de droga que salió mal. El 12 de marzo, un venezolano y un hondureño fueron asesinados en San Pedro Sula.