El país sudamericano, mayor productor mundial de cobre, votará este fin de semana para escoger a 155 delegados que dirigirán la histórica redacción de una nueva carta magna que sustituya a la de 1980.
Santiago. Chile avanza en redactar una nueva Constitución para reemplazar la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, a la que se le atribuye haber respaldado décadas de crecimiento, pero también haber profundizado la desigualdad.
El país sudamericano, mayor productor mundial de cobre, votará este fin de semana para escoger a 155 delegados que dirigirán la histórica redacción de una nueva carta magna que sustituya a la de 1980.
¿Por qué una nueva Constitución?
Chile se encuentra entre las democracias más ricas y estables de América Latina. Pero la desconfianza en la clase política, combinada con una creciente desigualdad, ha defraudado a muchos.
Los chilenos votaron abrumadoramente para reescribir su Constitución en un referendo de octubre de 2020 que provino de un amplio acuerdo político tras la ola de protestas sociales que estallaron en octubre de 2019.
¿Quién escribirá el nuevo texto?
En teoría podría ser cualquier chileno mayor de 18 años. La lista de más de 1.200 contendientes incluye académicos, políticos, abogados, periodistas, modelos y actores. Cualquier funcionario público tenía que renunciar primero antes de presentarse.
Los candidatos se agrupan en listas de independientes o grupos respaldados por partidos políticos, y los escaños se dividen en proporción al voto. El sistema requiere por primera vez un equilibrio de representación por sexo y tiene 17 escaños reservados para los grupos indígenas.
¿Cómo funcionará?
Los delegados pasarán un período máximo de 12 meses debatiendo y redactando el nuevo texto, con acuerdos requeridos de dos tercios, lo que obligará a los delegados a formar alianzas. La votación del fin de semana será clave para ver dónde está el equilibrio de poder.
Luego, los chilenos votarán en un referendo aprobatorio. Si se rechaza, Chile mantendrá su Constitución actual y el proceso finaliza.
¿Qué está en riesgo?
Chile seguirá siendo una república democrática y respetará los acuerdos internacionales vigentes y las sentencias judiciales. Todo lo demás puede ser revisado.
Los temas clave serán los derechos sociales, la organización política y la macroeconomía, según Kenneth Bunker de la consultora Tresquintos. La izquierda progresista buscará cambios en la educación, la atención médica y los derechos civiles probablemente logrando acuerdos con la derecha en temas macroeconómicos como la independencia del banco central, agregó.
¿Qué significaría para la minería?
En una palabra, incertidumbre. Chile, líder en cobre y segundo mayor productor mundial de litio, ha sido durante mucho tiempo un refugio seguro para las mineras, resultado de un consenso de larga data entre sus políticos para salvaguardar una industria que alimenta hasta el 15% del Producto Interno Bruto.
"Ese periodo terminó y ahora estamos en la búsqueda de un nuevo pacto social", dijo Juan Carlos Guajardo, de la consultora Plusmining, quien agregó que espera que los delegados eviten los extremos.
"Es bastante obvio que cualquiera que se aproxime a Chile debe entender esa realidad. Guste o no guste, se quiera o no se quiera, vamos a avanzar a un nuevo equilibrio", agregó.
