La sesión en la que se decide si será archivado o avanzará al Senado el pedido de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff comenzó con gritos y disturbios entre los legisladores.
La Cámara de Diputados de Brasil inició este domingo la sesión en la que sus 513 miembros decidirán si el proceso que puede llevar a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff avanza al Senado o termina en los archivos del Parlamento. Mientras los favorables a la caída de Rousseff gritaban y exhibían carteles de "Fuera PT", en alusión al gobernante Partido de los Trabajadores, el oficialismo gritaba y mostraba carteles de "No habrá Golpe", como le llama al proceso destinado a destituir a la presidenta, que gobierna desde 2011.
El presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, declaró la sesión abierta "sobre la protección de Dios y en nombre del pueblo brasileño", en medio de gritos de "Fuera Dilma", coreados por los promotores del proceso, y del "no habrá golpe" del oficialismo. Cunha pasó la palabra al diputado Jovair Arantes, quien como instructor de una comisión especial que analizó el mérito de las acusaciones se inclinó por recomendar que el proceso continúe.
Una vez intervengan los jefes de los grupos con representación en la Cámara de Diputados comenzará la votación, que se prevé que acabará alrededor de las 21.00 hora local. La votación se hará en forma nominal y cada uno de los 513 diputados será llamado a manifestarse frente a un micrófono, según un orden geográfico determinado por los 27 estados del país. Las previsiones de la Cámara baja dicen que cada diputado no se tomará más que 30 segundos para votar, por lo que el trámite debería durar al menos unas cuatro horas y media.
Esta sesión fue precedida por debates que comenzaron la mañana del viernes, se prolongaron en forma ininterrumpida durante casi 43 horas, en las que intervinieron 389 diputados. Para que el proceso llegue al Senado, que tendrá la palabra final sobre la eventual apertura de un juicio político contra Rousseff, la oposición necesita una mayoría calificada de 342 votos entre los 513 posibles.
Concentraciones multitudinarias. Frente a la sede del Congreso se han concentrado decenas de miles de personas, tanto contrarios al proceso como favorables a una posible destitución de la mandataria. La sede del Parlamento se sitúa en la céntrica Plaza de los Tres Poderes, frente al Palacio presidencial de Planalto y el edificio de la Corte Suprema, en uno de los extremos de la avenida Explanada de los Ministerios, donde se concentra todo el poder público nacional.
El tránsito de vehículos en esa avenida está cerrado desde la mañana del viernes y sus amplios jardines centrales fueron divididos por una enorme valla, de casi un kilómetro de longitud y dos metros de alto, que separa a los manifestantes. En el lado izquierdo, mirando hacia el Congreso, se ubicaron los movimientos sociales y sindicatos favorables a Rousseff, mientras que el derecho ha sido ocupado por quienes promueven la destitución. La seguridad en esa zona ha sido reforzada por unos 4.000 agentes de la Policía, aunque las autoridades aseguran que otros 7.000 han sido acuartelados y estarán listos para "entrar en acción" si fuera necesario.