Los republicanos y los demócratas discrepan sobre cómo se desarrollará el juicio en el Senado. La oposición quiere llamar a los principales asesores de Trump como testigos.
Washington.- Los legisladores que tienen en sus manos el destino del presidente Donald Trump dejaron Washington el viernes por su receso de fin de año, sin un acuerdo sobre cómo manejarán el juicio político en el Senado que determinará en enero si el mandatario estadounidense debiera ser despojado del cargo.
Es poco probable que Trump sea condenado y destituido por una cámara de mayoría republicana, que debe juzgar los dos cargos de destitución que la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobó en una votación histórica el miércoles.
Los republicanos y los demócratas discrepan sobre cómo se desarrollará el juicio en el Senado. La oposición quiere llamar a los principales asesores de Trump como testigos, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aún no ha enviado el paquete de impeachment al Senado, en un intento por mantener la presión.
Muchos legisladores republicanos preferirían un proceso rápido para resolver el asunto, y el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, ha descartado la idea de llamar a testigos.
McConnell dice que los demócratas se están demorando porque han perdido la confianza en su caso.
Sin importar el resultado, los demócratas se han asegurado de que Trump pase a la historia como uno de los tres presidentes estadounidenses en ser sometido a juicio político, luego de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998. Richard Nixon renunció en 1974 antes de ser destituido.
Trump ha desestimado el impeachment como un esfuerzo partidista para deshacer su reelección. Él afirma que no hizo nada malo.
“No siento que me acusen, porque es un engaño”, dijo el jueves a periodistas en la Casa Blanca.
Trump, de 73 años, está acusado de abusar de su poder al presionar a Ucrania para que investigara a Biden y para que estudiara una teoría, ya desacreditada, de que los demócratas conspiraron con Ucrania para inmiscuirse en las elecciones de 2016.
Los demócratas dicen que Trump retuvo US$391 millones en ayuda de seguridad destinada a combatir a separatistas respaldados por Rusia, y que usó una reunión con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy para obligar a Kiev a difamar a Biden para interferir en las elecciones de 2020.
Menos de la mitad de los estadounidenses dice que Trump debería ser removido del cargo, de acuerdo a un sondeo de Reuters/Ipsos publicado el jueves.