Según la defensoría, un organismo estatal autónomo, 72% de los conflictos al cierre de junio se encuentran activos y 28% están latentes, en su mayoría vinculados con la minería y los hidrocarburos.
El presidente electo de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, heredará 212 conflictos sociales, en su mayoría ambientales, y tendrá el reto de equilibrar las demandas de comunidades y empresas para reactivar proyectos de inversión paralizados, dijeron este miércoles expertos del sector y la Defensoría del Pueblo.
Según la defensoría, un organismo estatal autónomo, 72% de los conflictos al cierre de junio se encuentran activos y 28% están latentes, en su mayoría vinculados con la minería y los hidrocarburos.
Kuczynski, un economista de 77 años que asumirá el poder el 28 de julio, ha prometido destrabar proyectos paralizados, principalmente mineros, para impulsar la economía del país, un importante productor de metales.
Sin embargo, existen conflictos se vienen incubando por promesas incumplidas de beneficios de parte del gobierno y de las empresas, así como por el temor a daños ambientales entre las comunidades.
"Hay concentración de conflictividad en la zona sur, que tiene el 32% del total de conflictos, mientras que la zona norte muestra el 28%", dijo el experto en temas ambientales de la minería, José De Echave, quien dirige la organización no gubernamental CooperAcción.
Según De Echave, el mandatario electo deberá mirar "con mucho cuidado" la región andina de Apurímac y Cusco, que concentra la mayor cantidad de conflictos sociales.
El experto explicó que en Apurímac está la mina de cobre Las Bambas, controlada por MMG Ltd, una filial de la china Minmetals, donde las comunidades cercanas reclaman el pago de compensaciones y empleos y rechazan un cambio de ubicación en la instalación de una planta procesadora.
"En las Bambas se han hecho tres veces modificaciones sustantivas de su plan de expansión sin un EIA (plan ambiental) solo con un informe técnico sustentatorio que se aprobó en 15 días y sin participación ciudadana", dijo De Echave.
Las Bambas, cuya construcción costó unos US$7.400 millones, comenzó a operar a fines del año pasado y se espera que se convierta en una de las minas más grandes del mundo con una producción anual de 450.000 toneladas de cobre.
Otro conflicto latente que enfrentará Kuczynski es el de Glencore en su mina de cobre Tintaya-Antapaccay con la comunidad ganadera de Espinar, en la región andina del Cusco.
Los pobladores demandan mayor aporte económico para la zona, donde protestas en el 2012 dejaron dos muertos y 50 heridos.
Otros foco de tensión es el complejo metalúrgico de La Oroya, paralizado desde el 2009 y donde pobladores han reclamado con protestas que vuelva a operar.
El presidente electo Pedro Pablo Kuczynski dijo el miércoles que buscará reactivar La Oroya, pese a que no ha cumplido un plan ambiental y tiene millonarias deudas.
Minas Conga de Newmont Mining y Tía María de Southern Copper son otras grandes iniciativas mineras que han enfrentado resistencia de las comunidades.
