La medida intensifica la presión estadounidense sobre Cuba y también parece castigarla por su apoyo al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Sin embargo, Washington no llegó a dar el paso más severo de apuntar a las inversiones extranjeras
Washington. El gobierno de Donald Trump anunció este lunes que permitirá demandas de ciudadanos estadounidenses contra docenas de compañías cubanas y otras entidades de una lista negra, pero mantendrá, por ahora, una prohibición de iniciar acciones contra firmas extranjeras que hacen negocios en la isla.
La medida intensifica la presión estadounidense sobre Cuba y también parece castigar a La Habana por su apoyo al presidente socialista de Venezuela, Nicolás Maduro. Sin embargo, Washington no llegó a dar el paso más severo de apuntar a las inversiones extranjeras en Cuba, pese a que dejó la puerta abierta para hacerlo.
Estados Unidos permitirá las demandas en los tribunales contra docenas de entidades cubanas relacionadas con servicios militares y de inteligencia a partir del 19 de marzo.
No obstante, mantendrá en vigor, hasta al menos el 17 de abril, una prohibición de acciones legales contra firmas extranjeras que usen propiedades confiscadas en la década de 1960 por el gobierno comunista, dijo el Departamento de Estado.
Todos los presidentes estadounidenses han suspendido el uso de una disposición de una ley de 1996, conocida como Helms-Burton, debido a la oposición de la comunidad internacional y por el temor a una avalancha de casos en el sistema judicial de Estados Unidos.
Pero el gobierno del presidente Donald Trump anunció por primera vez en enero una revisión de 45 días del asunto y ahora ha agregado otros 30 días para seguir estudiándolo.
El levantamiento completo de la prohibición podría permitir que miles de millones de dólares en demandas avancen en tribunales de Estados Unidos y, probablemente, enfrente la oposición de socios europeos y Canadá, cuyas compañías tienen importantes participaciones en Cuba.
Además, podría perjudicar a algunas compañías estadounidenses que han comenzado a invertir en la isla tras la apertura política y comercial que inició el expresidente Barack Obama.
Permitir que la disposición entre en vigencia, incluso de manera limitada, podría socavar los esfuerzos del presidente cubano Miguel Díaz-Canel para fomentar la inversión extranjera y promover el turismo.
Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo que el gobierno de Trump había consultado con Canadá y socios europeos en sobre cómo proceder.