En lo que parece ser el primer fruto del diálogo entre Raúl Castro y la Iglesia Católica, el ejecutivo aceptó enviar a los presos políticos a centros penitenciarios más cercanos a sus familias.
La Habana. El Gobierno de Cuba comenzará a trasladar este lunes a presos políticos a cárceles más cercanas a sus familias, en lo que parecería ser el primer fruto del diálogo entablado entre la Iglesia Católica y el presidente Raúl Castro.
Según dijo a Reuters el disidente cubano Guillermo Fariñas, el Gobierno informó al cardenal Jaime Ortega que empezará a dar una serie de "pasos previos" para resolver la situación de los presos políticos.
"Estos serían, en primer lugar trasladar a todos los condenados hacia sus respectivas provincias de residencia y el traslado también de todos lo que estuviesen enfermos hacia hospitales", dijo por teléfono desde la ciudad de Santa Clara.
Fariñas, que cumplió el sábado 88 días en huelga de hambre para reclamar la liberación de presos políticos enfermos, dijo que había sido informado por el obispo auxiliar de La Habana, Juan de Dios Hernández.
La versión fue confirmada a Reuters por una fuente de la Iglesia Católica, que dijo: "todo parece indicar que va a ser a así".
De confirmarse, el traslado marcaría un cambio importante en la aproximación del Gobierno comunista de Cuba, que considera a los presos políticos delincuentes comunes y mercenarios a sueldo de su enemigo Estados Unidos.
También representa la irrupción de la Iglesia Católica como actor en el debate político y social de la nación.
Mejorar situación de presos. El cardenal Ortega sostuvo este miércoles una inédita reunión con Raúl Castro para abordar el tema de los presos políticos, unos 200 según grupos de derechos humanos.
El líder de la Iglesia Católica dijo que se abría así un camino de diálogo con "perspectivas y esperanzas" que podría conducir a excarcelaciones. No dio plazos.
El traslado de los presos a sus provincias de origen es una vieja demanda de sus familiares, que a menudo tienen que cruzar la isla para visitarlos.
El secretario de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, Dionisio García, que también participó en la reunión con Castro, dijo a Reuters que el traslado de los presos fue uno de los temas abordados con el presidente.
"Se habló de las posibilidades de hacer lo posible para salir de esta situación y por mejorar las condiciones de los presos. De todo esto se habló", dijo por teléfono desde Santiago de Cuba, en el extremo oriental de la isla.
La Iglesia Católica y el gobierno de Cuba han ido superando décadas de mutua desconfianza y reconstruyendo sus relaciones.
Ortega alzó en abril su voz para pedir cambios económicos y frenar el acoso a los disidentes.
El cardenal medió en mayo con las autoridades para poner fin al hostigamiento de militantes comunistas a las Damas de Blanco, un grupo de madres y esposas de presos políticos que marchan los domingos en silencio por la capital.
Cuba ha sido blanco de fuertes críticas internacionales tras la muerte en enero del preso político Orlando Zapata luego de 85 días en una huelga de hambre para reclamar mejores condiciones de detención.
Raúl Castro respondió que no cedería al chantaje de sus enemigos.