"Aquí no hay ninguna responsabilidad política sobre quienes puntualmente pudieron haber cometido abusos, excesos o finalmente violaciones a los derechos humanos, si es que eso lo acredita la justicia", afirmó la nueva portavoz del Gobierno chileno, Karla Rubilar.
Santiago.- La nueva portavoz del Gobierno chileno, Karla Rubilar, aseguró que el presidente del país, Sebastián Piñera, no tiene ninguna responsabilidad política sobre las violaciones de Derechos Humanos denunciadas a raíz de la actuación de policías y militares en la represión de las protestas que sacuden Chile desde hace semanas.
"Aquí no hay ninguna responsabilidad política sobre quienes puntualmente pudieron haber cometido abusos, excesos o finalmente violaciones a los derechos humanos, si es que eso lo acredita la justicia", afirmó Rubilar en una entrevista con el diario chileno 'La Tercera'.
"El Presidente desde el día uno dio instrucciones clarísimas de respeto irrestricto a los Derechos Humanos", ha remachado, al tiempo que ha indicado que quien se tienen que hacer cargo de las denuncias es "la justicia, como tiene que ser en un estado de derecho".
Rubilar explicó que el Gobierno intentó restablecer el orden durante las protestas sociales de las últimas semanas sin recurrir al Ejército, pero no lo lograron. Así, decretar Estado de Emergencia era necesario "porque lo primero era restablecer el orden público en el entendido de que estaba en riesgo nuestra gente".
"Tratamos de restablecer el orden sin sacar a los militares y no pudimos (...). Vimos una violencia que no habíamos visto nunca en democracia", ha apuntado.
Rubilar también fue interrogada sobre la polémica frase del presidente Sebastián Piñera, quien dijo que "estamos en guerra", una expresión muy criticada incluso desde estamentos militares. "Lo que el Presidente quiso expresar es que el vandalismo, esa delincuencia dura que estábamos viendo, muy aislada, porque no eran los manifestantes, había que combatirla con toda la fuerza", y por eso cree que "se entendió mal lo que quiso decir".
Las protestas estallaron el 17 de octubre por la cuarta subida del precio del metro en pocos meses pero crecieron rápidamente para denunciar la desigualdad social. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ideó una "agenda social" y remodeló el Gobierno para dar respuesta a las preocupaciones de los chilenos, pero las manifestaciones continúan.