Así lo ha anunciado el jefe del Comando Conjunto, el general Roque Moreira, en declaraciones a los medios de comunicación sin dar más detalles, según informa el diario ecuatoriano 'El Universo'.
El Gobierno de Ecuador ha puesto fin este lunes al estado de excepción y al toque de queda declarados con motivo de la ola de protestas contra la reforma económica, que se han desactivado gracias a un acuerdo entre las partes para revisar la medida más polémica: las subvenciones al combustible.
Así lo ha anunciado el jefe del Comando Conjunto, el general Roque Moreira, en declaraciones a los medios de comunicación sin dar más detalles, según informa el diario ecuatoriano 'El Universo'.
El estado de excepción fue declarado el pasado 3 de octubre en respuesta a los primeros disturbios en Quito, mientras que el toque de queda se impuso el pasado sábado en la capital y sus alrededores.
Estas medidas permitían restringir algunos derechos y libertades fundamentales, como los de reunión y la movilidad, dando amplios poderes de las fuerzas de seguridad para mantener el orden público.
Las protestas comenzaron el 1 de octubre, cuando Moreno dio a conocer el "paquetazo" de ajustes económicos pactado con el FMI a cambio de una inyección de 4.200 millones de dólares. En estos días, al menos siete personas han muerto y más de mil han sido detenidas.
Finalmente, las partes llegaron a un acuerdo el domingo para poner fin a las protestas y suspender el decreto 883, que recoge la eliminación de las subvenciones al combustible, para negociar uno nuevo.
Quito, epicentro de las manifestaciones contra el Gobierno, ha amanecido en calma este lunes. Cuadrillas de voluntarios, incluidos indígenas y estudiantes, se han sumado a los equipos de limpieza para retirar los escombros de once días de protestas, de acuerdo con la prensa local.
"Con los diálogos por la paz, recuperamos la tranquilidad en todo el territorio nacional", ha celebrado el Ministerio de Exteriores en Twitter. "Los hospitales y centros de salud brindan atención normal a todos sus pacientes", ha precisado.
Moreno ha acusado directamente a su antecesor en el cargo y antiguo aliado, Rafael Correa, así como a sus socios, entre ellos el mandatario venezolano Nicolás Maduro, de orquestar las protestas para derrocar a su Gobierno en un "golpe de Estado", algo que ambos han negado.