Esta será la primera cumbre ruso-norcoreana en ocho años y se espera que el diálogo se centre, además de en desnuclearización, en posibles proyectos de cooperación económica.
Vladivostok. El tren del líder norcoreano, Kim Jong-un, cruzó este miércoles la frontera con Rusia para dirigirse a la ciudad de Vladivostok, donde se reunirá con el presidente Vladimir Putin, según informaron medios rusos.
El convoy de Kim atravesó el río Tumen, que sirve como frontera entre ambos países, desde la localidad norcoreana de Sonbong (noreste del país) y arribó a la ciudad rusa de Jasán, de acuerdo con versiones de medios rusos recogidas por la agencia surcoreana Yonhap.
De ahí, Kim se desplazará hasta Vladivostok, a unos 200 kilómetros de la frontera, donde celebrará el jueves una cumbre con Putin en la que está previsto que ambos traten el actual proceso de desnuclearización.
Estaba previsto, según medios rusos, que en Jasán se celebre una ceremonia de bienvenida para Kim, antes de que el tren prosiga su recorrido de varias horas hasta Vladivostok.
Se da por hecho que la cumbre de este jueves se celebrará en la Universidad del Extremo Oriente de la ciudad, puesto que el equipo de protocolo de Kim ha sido visto en los últimos días en el campus, donde se han colgado banderas de ambos países.
Se trata de un enclave en una isla que permite establecer un estricto perímetro de seguridad y el campus es de hecho el lugar en el que el propio Putin suele alojarse cuando visita la ciudad portuaria.
Tras la cumbre, Putin tiene previsto desplazarse a Pekín para participar los días 26 y 27 de abril en el foro internacional sobre la Nueva Ruta de la Seda y se cree que Kim podría visitar varios lugares en Vladivostok el viernes antes de regresar a Corea del Norte.
La del jueves será la primera cumbre ruso-norcoreana en ocho años y se espera que el diálogo se centre, además de en desnuclearización, en posibles proyectos de cooperación económica que puedan ayudar a Pionyang a sobrellevar el estricto régimen de sanciones que soporta.
La cita es una buena oportunidad para que Kim sume un mayor apoyo de Putin a su propuesta de desnuclearización gradual, una oferta que Washington rechazó en la reciente cumbre de Hanói.