Correa, sobre el que pesan dos órdenes de detención en Ecuador y una inhabilitación para ser presidente, aseguró que no tiene "ningún problema" para concurrir como candidato a cargos distintos al de presidente, "de la vicepresidencia para abajo puedo participar".
Bruselas. El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, llamó este miércoles desde Bruselas a la celebración de elecciones anticipadas como única solución a la semana de protestas en el país contra las reformas económicas del Gobierno, al tiempo que aseguró que "si es necesario" él mismo sería candidato.
"Si es necesario que sea candidato, lo seré", declaró a la prensa en una comparecencia en la sede del Parlamento europeo, a donde ha acudido invitado por eurodiputados de Unidas Podemos.
Correa, sobre el que pesan dos órdenes de detención en Ecuador y una inhabilitación para ser presidente, aseguró que no tiene "ningún problema" para concurrir como candidato a cargos distintos al de presidente --"de la vicepresidencia para abajo puedo participar"--, pero apuntó la posibilidad de ser detenido si regresa.
"Van a crear esos problemas, van a buscar cómo impedir esa participación, porque saben que los derrotamos en las urnas. A ver qué se inventarán", dijo, tras tachar de "ridiculeces" las dos órdenes de detención y considerar "ilegal e inconstitucional" su inhabilitación.
"Yo regresaría al país, que me metan preso, pero que me dejen inscribirme para ser candidato. No me van a dejar" insistió Correa, quien asegura que si presenta su candidatura su caso será comparable al del brasileño Lula da Silva, al que "metieron preso" para frenar su candidatura y ahora el presidente es "el fascista (Jair) Bolsonaro".
"Le robaron la democracia a Brasil y lo mismo van a intentar hacer en Ecuador", remarcó Correa, quien sostiene que "la situación jurídica cambiará (en Ecuador) cuando cambie la situación política, y por eso no quieren soltar el poder".
Además, ha rechazado de plano las acusaciones que le señalan instigador de las protestas. "Es un caso psiquiátrico", dijo de su sucesor, Lenín Moreno, quien le acusa de estar detrás de una conspiración para promover un golpe en el país.
Correa negó que haya viajado a Venezuela u otros lugares de la región para participar en planes de este tipo,criticó los "discursos cavernícolas" y la "brutal represión" contra la población que protesta en las calles. "Ellos son los golpistas, estamos pidiendo una salida democrática", concluyó.
Llama a las protestas y duda de los mediadores. Así las cosas, Correa expresó su apoyo a quienes salen a las calles para unirse a las protestas contra el Gobierno y el paquete de reformas económicas pactadas con el Fondo Monetario Internacional, al tiempo que ha defendido que los incidentes son "aislados" y que la violencia es el resultado de la "brutal represión" de las autoridades contra los indígenas que protestan.
"Yo creo que el Gobierno está acabado, pero lo quieren sostener a toda costa", expresó el expresidente ecuatoriano, para explicar los disturbios y que haya víctimas y detenidos en las protestas.
Así las cosas, Correa ha respaldado las protestas, aunque ha pedido a la población que "defienda sus derechos con firmeza, pero en paz y cuidándose", porque, a su juicio, las autoridades "buscan cualquier pretexto" para reprimir y "llenarnos de miedo". "Nuestra Constitución establece el derecho a la resistencia", argumentó.
Preguntado por el papel que pueden desempeñar en esta crisis tanto Naciones Unidas como la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Correa dijo que ve esta iniciativa con "esperanza y temor", que quisiera que funcione, pero que tiene dudas sobre ello.
"Tengo esperanza, pero temor porque no me dan confianza los intermediarios y, en todo caso, no sé cómo lo van a solucionar", expresó, para advertir después que si hay un acuerdo para revocar las medidas que están en el origen de las protestas, entonces el Gobierno de Moreno no tendrá "ninguna legitimidad" y "se le caerá el acuerdo con el FMI".