Estimaciones indican que el "impeachment" terminaría la próxima semana aunque una derrota del mandatario se avista como un escenario poco probable, ya que para eso se necesitan mínimo 67 votos, equivalentes a dos tercios del Senado, donde el partido Demócrata solo controla 50 escaños.
El segundo juicio político al expresidente estadounidense Donald Trump arrancó este martes 9 de febrero en un Senado totalmente dividido.
Se espera que el juicio político se desarrolle rápido, con un posible final la próxima semana, y es improbable que termine en una condena para Trump, puesto que para ello se necesitaría un mínimo de 67 votos (dos tercios del Senado) y los demócratas solo controlan 50 escaños de la cámara.
Los 100 senadores ejercerán como jurado del "impeachment" como se conoce en Estados Unidos como y serán los encargados de valorar la acusación de "incitación a la insurrección" contra Trump por la irrupción de sus seguidores en el Capitolio, hecho que dejó 5 muertos.
"El Senado se reúne como corte del juicio político", dijo el senador demócrata Patrick Leahy, que preside el proceso, al comenzar la sesión a las 13.00 hora local.
La sesión empezó con una votación sobre las reglas que gobernarán el juicio político, que se aprobaron por 89 votos a favor y 11 en contra.
A continuación, los senadores iniciaron un debate de cuatro horas sobre la constitucionalidad del juicio político, algo que los conservadores ponen en duda al considerar que no se puede procesar políticamente a un presidente que ya abandonó la Casa Blanca.
Una vez superado este debate, el juicio político se retomará el miércoles a las 12.00, cuando tendrán lugar los argumentos orales de los "fiscales" del "impeachment", que son nueve legisladores demócratas de la Cámara Baja.
Debate histórico
Numerosos expertos en la Constitución han opinado que el proceso es legítimo incluso si ya no puede resultar en la destitución de Trump, porque evalúa hechos que se produjeron cuando él todavía era presidente.
Este proceso pasará a la historia en dos sentidos: porque convertió a Trump en el primer presidente estadounidense que afronta dos juicios políticos, tras el celebrado hace un año por sus presiones a Ucrania, y porque nunca antes se había sometido a un "impeachment" a un mandatario cuando ya no está en el poder.