El presidente norteamericano Donald Trump evitó el tema del juicio político y el drama de su destitución en un discurso de 80 minutos, pero el enfrentamiento entre los partidos fue evidente cuando los republicanos lo ovacionaron de pie mientras la mayoría de los demócratas permanecieron sentados.
Washington. Donald Trump y Nancy Pelosi dieron un paso más este martes en su enfrentamiento durante el discurso del mandatario estadounidense sobre el estado de la Unión, con la negativa del republicano a estrecharle la mano y el gesto de la congresista demócrata de romper la copia del discurso a sus espaldas.
Trump evitó el tema del juicio político y el drama de su destitución en un orgulloso discurso de 80 minutos, pero el enfrentamiento entre los partidos fue evidente cuando los republicanos lo ovacionaron de pie mientras la mayoría de los demócratas permanecieron sentados.
Es previsible que el Senado controlado por los republicanos lo absuelva de los cargos de abuso de poder y obstrucción del Congreso durante una votación que comienza a las 2100 GMT del miércoles.
Al ver a la presidenta de la Cámara de Representantes por primera vez desde que saliera furiosa de una reunión en la Casa Blanca hace cuatro meses, Trump se negó a estrecharle la mano, al tiempo que le daba una copia en papel de sus observaciones antes de empezar su discurso.
A pesar de no haber hablado con Trump desde su última reunión, Pelosi parecía sorprendida y evitó citar el acostumbrado "alto privilegio y honor distintivo" que suele acompañar a la presentación del presidente al Congreso. "Miembros del Congreso, el presidente de Estados Unidos" fue todo lo que dijo al presentar al republicano.
Cuando terminó su discurso, Pelosi se puso de pie y rompió la copia de los comentarios que Trump le había dado, diciendo más tarde que era "lo más cortés, considerando la alternativa".
Kayleigh McEnany, portavoz de campaña de Trump, dijo de Pelosi: "Su odio por @realdonaldtrump la ha cegado a (...) un comportamiento engreído y elitista".
Después del evento, Pelosi tuiteó una foto de ella con su mano extendiéndola hacia Trump y dijo: "Los demócratas nunca dejarán de extender la mano de la amistad para hacer el trabajo #ParaElPueblo. Trabajaremos para encontrar un terreno común donde podamos, pero nos mantendremos firmes donde no podamos".
La escena fue un indicio más de que son previsibles pocos avances legislativos a nueve meses de la elección presidencial.
El caso ha aumentado la tensión entre Trump y Pelosi que ha dominado toda su presidencia. Él la llama habitualmente "Nancy la loca" (Crazy Nancy) en sus mítines de campaña.
"Cuatro años más". Al comenzar el discurso, los republicanos de ambas cámaras del Congreso corearon "cuatro años más" mientras Trump estaba de pie en el atril de la Cámara.
Los demócratas se sentaron en silencio y se podía ver a algunos negando con la cabeza mientras Trump declaraba "El estado de nuestra unión es más fuerte que nunca".
Pelosi, que abandonó su oposición al juicio político y permitió a los legisladores demócratas presentar cargos contra Trump, se sentó estoicamente y con cara de desdén detrás del presidente y hojeó una copia del discurso mientras él hablaba.
Trump presentó su mandato como una gran mejora respecto al demócrata Barack Obama, diciendo que había impulsado el crecimiento económico del país y aumentado el empleo.
Muchas mujeres demócratas de la Cámara de Representantes se vistieron de blanco por segundo año consecutivo, una señal del derecho ganado hace 100 años. Varios parlamentarios demócratas se negaron a asistir al discurso anual en protesta contra Trump, entre ellos Alexandria Ocasio-Cortez.
Trump, que usó el discurso para exponer su visión para un segundo mandato, dijo que los planes demócratas para ampliar la cobertura sanitaria financiada por el Estado equivalían a una "toma de posesión socialista" que llevaría al país a la bancarrota, recortaría las prestaciones para aquellos que las tienen ahora y proporcionaría atención a inmigrantes ilegales.
Los candidatos presidenciales demócratas y muchos legisladores han propuesto planes de salud estatales, un marcado cambio con respecto al actual sistema privado en el que millones de estadounidenses reciben seguro médico de sus empresas.
La falta de un plan para el sistema de salud ha dejado a Trump expuesto a las críticas por no haber trabajado lo suficiente para encontrar una forma de reducir los crecientes costes de los seguros.
"¡Nunca dejaremos que el socialismo destruya el sistema de salud!", dijo Trump, quien ofreció un retrato optimista de su presidencia con la esperanza de persuadir a los estadounidenses para que lo reelijan el 3 de noviembre.