La crisis sanitaria, que apareció cuando la economía apenas se recuperaba del impacto del estallido social que sacudió al país desde octubre, dejó sin sustento a unas 400 personas que decidieron instalarse frente a la embajada de Caracas y en un galpón de una iglesia católica cercana.
Santiago. Un improvisado campamento con carpas y colchones en una calle de un acomodado municipio de la capital chilena alberga a cientos de venezolanos, que suplican por retornar a su país tras quedar sin ingresos en medio de la pandemia de coronavirus.
"Debía dos meses de arriendo y ya no podía seguir ahí y me mandaron a desalojar", relató a Reuters Iramairys Chacón, quien antes de la crisis cuidaba niños y limpiaba casas para mantener a su hijo de tres años.
La crisis sanitaria, que apareció cuando la economía apenas se recuperaba del impacto del estallido social que sacudió al país desde octubre, dejó sin sustento a unas 400 personas que decidieron instalarse frente a la embajada de Caracas y en un galpón de una iglesia católica cercana.
A inicios de mayo, la cancillería venezolana ofreció activar un plan de "vuelta a la patria" para retornar a ciudadanos desde varias naciones, principalmente de Sudamérica. Pero desde hace unas tres semanas el grupo de afectados en Santiago espera por una respuesta.
"Estoy desesperada, yo quisiera que de verdad nos ayudaran y nos dieran respuesta (...) Todos los que estamos aquí estamos en situación de calle", agregó Chacón.
Las mujeres, niños y adultos mayores pernoctan en el salón, mientras que los hombres lo hacen en carpas donadas por chilenos y venezolanos, que les llevan además alimentos y ropa.
El portavoz designado del grupo, Alejandro Parada, dijo que una delegada de la embajada les explicó que cuando haya un plan de vuelo se tomaría la decisión de repatriarlos.
"Nos planteó que ellos están sensibilizados con el caso, que tenemos que esperar porque Venezuela tiene un bloqueo, que es difícil enviar un avión para acá", dijo Parada.
Según los propios afectados, los venezolanos que desean volver podrían alcanzar cerca de 1.000 personas.
Hasta el momento, no se han reportado casos de COVID-19 en el campamento pero Parada admitió que existe el temor debido al hacinamiento, además de la exposición a las bajas temperaturas en la calle.
Los venezolanos no son los únicos migrantes en esa situación, ya Chile ha coordinado con países vecinos como Bolivia y Perú el retorno de ciudadanos en medio de la pandemia, que en Chile suma en torno a 40.000 casos y más de 300 muertos.
"Chile ha traído de regreso a 60.000 chilenos que se encontraban varados en el extranjero. Lo mismo le hemos pedido a través de cancillería al gobierno venezolano", dijo el jefe de gobierno de la región capital, Felipe Guevara.
El Ministerio de Comunicación de Venezuela no respondió a una solicitud de comentarios.
Los organizadores del grupo comentaron que autoridades y municipios les han ofrecido albergues para evitar las bajas temperaturas del entrante invierno austral, pero muchos prefieren mantenerse frente a la sede diplomática con la esperanza que se logre un pronto plan de retorno.
"Nos fuimos de nuestro país no porque quisimos. La situación del país era insostenible, pero (...) estar a la intemperie no es fácil, para estar así es mejor estar en tu país. Tienes a tu familia, a tus seres queridos", afirmó Parada.