Un total de 464.000 personas fueron víctimas de homicidios en 2017, indica un estudio de la ONU. Latinoamérica es la zona más peligrosa, con la desigualdad, el crimen organizado y el machismo están entre las principales causas.
Con cerca de un millón de personas asesinadas desde inicios de siglo, el crimen organizado es responsable de un número de víctimas mortales similar al de todos los conflictos armados que se produjeron en el planeta desde entonces, advierte la ONU.
Más muertes. "Se estima que un promedio en torno a 65.000 asesinatos por año estuvieron relacionados con el crimen organizado, incluidas las pandillas", indica el Estudio Mundial sobre Homicidios de 2019 publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD), con sede en Viena.
Los datos apuntan a que entre 2000 y 2017, los grupos criminales mataron en todo el mundo a cerca de un millón de personas, la misma cifra de muertes que se estima causaron las guerras.
Específicamente en 2017, el 19 % de todos los homicidios estuvieron relacionados con el crimen organizado. Un total de 464.000 personas fueron víctimas de homicidios intencionados en 2017, frente a las 362.000 registradas en 1990. Pero, pese a que el número de homicidios ha crecido, el aumento de la población hace que la tasa, el número de muertes por cada 100.000 habitantes, haya bajado del 7,4 en 1993 al 6,1 de 2017.
América Latina en el centro. Por continentes, la tasa más alta se registra en América, 17,2. Le siguen África (13), Europa (3), Oceanía (2,8) y Asia (2,3). Al otro extremo, Singapur tiene una tasa de homicidios de 0,2.
Los únicos cuatro países del mundo con tasas de homicidio de más de 40 personas por cada 100.000 habitantes están en América Latina: El Salvador (62,1), Venezuela (57), Jamaica (57) y Honduras (41,7).
La ONUDD destaca especialmente el caso de Venezuela, donde se ha registrado "el más dramático incremento" de la tasa de homicidios, al pasar de 13 a 57 por 100.000 habitantes entre 2012 y 2017. México, por su parte, registró en 2017 un récord histórico de muertes violentas, con un total de más de 30.000 homicidios, aunque con una tasa por cada 100.000 habitantes comparativamente más baja en la región, si bien de tendencia creciente.
La ONUDD (UNODC, por sus siglas en inglés) afirma que aunque el crimen organizado produce el 19 % de todas las víctimas, su actividad "no siempre genera altas tasas de homicidios": "Hay partes del mundo con una alta prevalencia de crimen organizado pero bajas tasas de homicidios", señala el documento, en el que se recuerda que "la relación entre el crimen organizado y la violencia es compleja".
No obstante, en gran parte del continente americano, y en especial en América Central, las pandillas y el crimen organizado se asocian al alto número de homicidios, que está también vinculado a la pobreza y la desigualdad social. Además, según la ONU, "la amplia disponibilidad de armas de fuego en América (...) ayuda a explicar por qué muchos países de la región experimentan un mayor nivel de homicidios del que uno esperaría de su nivel de desarrollo".
En este aspecto, el primer lugar lo ocupa Puerto Rico, donde el 92 % de los asesinatos se cometieron con armas de fuego, seguido de El Salvador, Trinidad y Tobago, Jamaica, Honduras, Colombia, Brasil, Uruguay y Panamá.
Armas de fuego y alcohol. De acuerdo con el informe de la ONUDD, además, la facilidad de acceso a las armas de fuego y las tasa de homicidios están relacionadas: en 2017, poco más de la mitad de todos los homicidios intencionados fueron cometidos con armas de fuego. En América, esa proporción sube al 75 %.
Adicionalmente, el 37 % de los homicidios cometidos en 2017 tuvieron lugar bajo la influencia de sustancias psicoactivas. En el 90 % de los casos, se trataba de alcohol.
Otro factor importante para el estudio de este fenómeno es la impunidad: en el mundo, el 63 % de los homicidios cometidos son resueltos por la Policía. Pero ese porcentaje cae al 43 % en América, un continente donde la impunidad, causada por un sistema judicial débil, crea un ambiente en el que los criminales operan con más facilidad.
El machismo mata. Según este informe de la ONU, matar es un asunto de hombres, para ambas partes: el criminal y la víctima. Las mujeres tienen un riesgo muchísimo menor de morir asesinadas pero, eso sí, cuando alguien las mata suele ser por el simple hecho de ser mujeres.
Cerca del 81 por ciento de las víctimas de homicidios registradas en 2017 fueron hombres, así como más del 90 por ciento de los sospechosos. El desequilibrio es especialmente marcado en Latinoamérica, y aumenta con la edad.
Aunque las mujeres son víctimas en sólo el 20 % de todos los asesinatos, esa cifra se eleva hasta el 82 cuando se trata de homicidios cometidos dentro de la pareja.
Casi el 60 por ciento de las 87.000 mujeres que fueron asesinadas en 2017 en todo el mundo, o sea, unas unas 50.000, fueron víctimas de un crimen machista cometido por sus parejas, exparejas o familiares hombres, lo que hace que el hogar sea "el lugar más peligroso" para ellas.
El continente más peligroso para ser mujer es África: la prevalencia del asesinato a manos de familiares o (ex)pareja es de 3,1 para cada 100.000 mujeres. América, con una tasa de 1,6 y Oceanía (1,3) son algo más seguras, seguidas de Asia (0,9) y Europa (0,7 muertes por cada 100.000 mujeres).
Y si bien en el crimen "entre hombres" es fácil identificar los factores que aumentan la frecuencia de homicidios - pobreza, desempleo, bajo nivel educativo- estas diferencias sociales apenas se presentan en el caso de los asesinatos de mujeres: los agresores se dan en todas los niveles económicos y sociales.
Hay pocos estudios sobre parejas homosexuales; los que hay indican que los casos de homicidio en una relación entre hombres superan ampliamente los que hay entre mujeres.