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Trump: "Va a haber muchos muertos" en EE.UU. en los próximos días por el coronavirus
Domingo, Abril 5, 2020 - 09:27

"El temor a una escasez provocó peticiones infladas", dijo Trump sobre las solicitudes recibidas por su administración para entregar equipos de la reserva estratégica nacional.

Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió a sus compatriotas que se preparen para un fuerte alza de las muertes por coronavirus en los próximos días, mientras el país se enfrenta a lo que calificó como las dos semanas más duras de la pandemia.

"Va a haber muchos muertos", dijo Trump en una comparecencia ante los medios.

Asimismo, rechazó las críticas de que el gobierno federal no haya hecho lo suficiente para dotar a los estados de los ventiladores que muchos pacientes en estado crítico necesitan para sobrevivir, al tiempo que aseguró que muchos gobernadores están pidiendo más máquinas de las que van a necesitar.

"El temor a una escasez provocó peticiones infladas", dijo Trump sobre las solicitudes recibidas por su administración para entregar equipos de la reserva estratégica nacional.

Estados Unidos tiene el mayor número de casos conocidos de COVID-19, la enfermedad respiratoria similar a la gripe causada por el coronavirus. Más de 306.000 personas han dado positivo en el país y han muerto unas 8.300, según un recuento de Reuters.

Expertos médicos de la Casa Blanca calculan que podrían perecer entre 100.000 y 240.000 estadounidenses por la pandemia, incluso aunque se sigan las órdenes de quedarse en casa.

"Estamos llegando a un momento en que va a ser horrendo", afirmó Trump en la Casa Blanca. "Es probable que nunca hayamos visto números como estos. Quizás durante la guerra, la Primera, la Segunda o algo así".

"Como un incendio". En la jornada más sombría hasta el momento en la zona de Estados Unidos más afectada por la pandemia, enfermedades relacionadas con el coronavirus acabaron con la vida de 630 personas en las últimas 24 horas en el estado de Nueva York, dijo el gobernador Andrew Cuomo el sábado.

La enfermedad ha matado ya a 3.565 personas en el estado y la situación es especialmente preocupante en Long Island, al este de la ciudad de Nueva York, donde el número de casos se está propagando "como un incendio", sostuvo Cuomo.

Expertos en salud calculan que Nueva York, que alberga desde el bullicioso Manhattan a un montañoso terreno agrícola que se extiende hasta la frontera con Canadá, podría estar a una semana del peor momento de la crisis sanitaria, que ha matado a unas 60.000 personas en todo el mundo.

"Todavía no estamos en la cúspide, nos estamos acercando (...) Nuestra lectura de las proyecciones es que lo estaremos en un rango de siete días", dijo Cuomo. "Solo han pasado 30 días desde nuestro primer caso (...) Se siente como toda una vida".

Solo la ciudad de Nueva York representa más de una cuarta parte de las muertes por coronavirus de Estados Unidos, según la Universidad Johns Hopkins. Los hospitales y las morgues de la urbe luchan por atender a los enfermos y enterrar a los muertos.

Finalmente en casa. Casi todos los estadounidenses están ya bajo órdenes de autoridades estatales y locales para quedarse en casa, excepto para salidas esenciales como comprar alimentos o ir al médico.

Zonas del país como Florida y Texas fueron lentas a la hora de ordenar los confinamientos, pero ya empezaron a recomendar el distanciamento social y quedarse en casa.

"Estamos viendo lo que está pasando ahora en Nueva York, donde la gente está muriendo", dijo Rick Scott, senador de Florida, a Fox News Channel.

"La gente está empezando a comprender que la mejor forma de ralentizar la propagación y evitar la muerte es quedarse en casa y salir solo para asuntos esenciales", dijo al canal el gobernador de Texas, Greg Abbott, uno de los últimos en aprobar medidas de confinamiento a sus habitantes.

No obstante, aún había personas reacias, como el pastor Tony Spell, que planea celebrar tres servicios en su megaiglesia Life Tabernacle -con capacidad para mil personas- en un suburbio de Baton Rouge, Luisiana, por el Domingo de Ramos, desafiando las órdenes estatales de evitar grandes aglomeraciones de personas.

"Estamos desafiando las reglas porque el mandamiento de Dios es propagar el Evangelio", dijo a Reuters. Luisiana se ha convertido en un gran foco del virus y el sábado reportó un aumento de las muertes a 409.

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Reuters