El operativo en el municipio Soyapango, en el este del área metropolitana de la capital, conforma la última escalada de una cruzada que inició en marzo contra los grupos pandilleros que, según especialistas de derechos humanos, ha sido empañada por detenciones injustificadas.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, anunció el sábado el despliegue de 10,000 efectivos de las fuerzas de seguridad en un conflictivo suburbio de San Salvador, que durante años ha sido considerado un bastión de las violentas pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18.
El operativo en el municipio Soyapango, en el este del área metropolitana de la capital, conforma la última escalada de una cruzada que inició en marzo contra los grupos pandilleros que, según especialistas de derechos humanos, ha sido empañada por detenciones injustificadas.
"Soyapango está totalmente cercado", escribió el mandatario durante la madrugada en su cuenta de Twitter. "8,500 soldados y 1,500 agentes han rodeado la ciudad, mientras los equipos de extracción de la policía y el ejército se encargan de sacar uno a uno a todos los pandilleros que aún se encuentran ahí".
Portavoces del Gobierno declinaron hacer comentarios sobre el despliegue en la zona, que es hogar de unos 300,000 habitantes e históricamente ha sido considerada un territorio inexpugnable para las fuerzas del orden público. Está previsto que más tarde autoridades ofrezcan detalles de la operación.
Imágenes divulgadas por la prensa oficial mostraron a los efectivos portando armas de grueso calibre, cascos y chalecos antibalas, acompañados por vehículos de guerra mientras recorrían las calles del municipio, en medio de la noche.
Desde que inició con su plan de combate a las pandillas, Bukele ha ordenado la detención de más de 50,000 supuestos pandilleros, a quienes califica de terroristas, al tiempo que ha denegado derechos procesales básicos a las personas aprehendidas.
La campaña tiene como objetivo reducir la tasa de homicidios del país centroamericano a menos de dos al día, después de que decenas de salvadoreños murieran en un solo fin de semana en marzo.