Cada año, las escuelas de negocios de la región se esfuerzan por mostrar sus mejores atributos para atraer a los estudiantes más capacitados a sus programas de MBA. Pero, ¿cuánto han cambiado sus objetivos, currículas y perfiles del alumnado tras la pandemia del Covid-19?
“En constante transformación”. Así describe al perfil del actual estudiante de MBA en la región Juan Esteban Escalante, jefe del MBA de la Universidad EAFIT de Colombia. “El MBA se ha convertido en un programa de mucha mayor versatilidad. No está dirigido solo a ejecutivos de grandes corporaciones, sino a personas que trabajan tanto en el mundo de los emprendimientos, como en el del sector público”, argumenta.
Tal como Escalante, todas las escuelas de negocios consultadas por AméricaEconomía coinciden en que los objetivos de los alumnos ya no se enfocan exclusivamente en ascender en la escala corporativa. Hoy, también se evidencia un interés de los estudiantes por el emprendimiento, con un claro objetivo de liderar startups propias. “Los ejecutivos buscan en los programas de MBA una experiencia profesional transformadora para adquirir tanto habilidades directivas como conocimiento más técnico en finanzas, marketing, operaciones, recursos humanos y business analytics. Además, notamos una creciente demanda por comprender los procesos de innovación, de cómo es el ecosistema emprendedor, tanto para proyectos nuevos —entrepreneurship— como para lanzar nuevos proyectos dentro de la empresa —intrapreneurship—”, dice Daniel Serrot, Director del Executive MBA de la Universidad de San Andrés de Argentina.
Muchas escuelas de negocios se han preparado para responder a estos nuevos requerimientos en la región. Una de ellas es la Universidad Torcuato di Tella, también de Argentina, que cuenta con dos centros: Ecosistema Emprendedor y UTDT Factory. “Ambos tienen materias dentro del MBA y se presta asesoramiento a aquellos interesados en emprender o que ya tienen su emprendimiento. Además, se estimula a que los alumnos desarrollen un plan de negocios para sus ideas y que les sirva como trabajo final”, cuenta Carlos Loisi, co-Director del MBA en la Universidad Torcuato Di Tella.
En ese sentido, se aprecia una mezcla mayor de backgrounds y de metas entre los estudiantes, aunque en edades se aprecie más homogeneidad. “Tanto nuestro MBA como EMBA cuentan con una heterogeneidad de perfiles que vuelven la experiencia aun más rica, incluyendo contadores públicos, administradores de empresas y economistas, ingenieros de diversas ramas, profesionales de la salud, abogados, y licenciados de en ciencias sociales, comunicación y marketing”, agrega Loisi.
En EAFIT, el grupo más joven del programa de MBA se encuentra en sus late twenties, con una experiencia mínima de tres años para que la maestría no se convierta en una continuidad del pregrado. “Nuestra media hoy es de más de 33 años, pero tenemos alumnos de 28 a 30. En ese caso la condición dominante tiene que ver con el emprendimiento y la intención de desarrollar un conjunto de competencias que les permita estar mucho más preparados para darles forma. Para nadie es un secreto que muchos estudiantes ya no sueñan con ser el CEO o CFO de una gran corporación, sino que sus apuestas giran más en torno a sus negocios. Desde esa lógica, no basta solo con un espectro disciplinar. Es necesario desarrollar competencias en el marco de la administración, sin importar si eres ingeniero electrónico, diseñador, publicista o comunicador”, señala Escalante.
PERFIL POST COVID-19
El impacto de la pandemia del Covid-19 en diversas industrias, incluida la educación, ha sido evidente. Pero, ¿se puede hablar también de un efecto en el perfil de los alumnos de MBA?
Por una parte, un estudio de reclutadores corporativos difundido en julio de este año por el Consejo de Admisión de Posgrado en Administración (GMAC), la asociación global que representa a las principales escuelas de negocios, detectó que algo que no modificó la pandemia es que los empleadores continúan confiando en la contratación de graduados de escuelas de negocios. En dicho estudio, los empleadores también indicaron que la comunicación, análisis de datos y estrategia actualmente están entre las habilidades más importantes que buscan entre los graduados de escuelas de negocios. Y la mayoría dice que su importancia continuará aumentando.
De acuerdo con los especialistas consultados para este artículo, la pandemia no cambió por completo el perfil de los estudiantes y tampoco de la oferta de MBA. Pero si actuó como un catalizador o un acelerador para relevar el rol de las tecnologías remotas y la ductilidad para combinarse con la presencialidad. “Después de la pandemia, hemos notado un aumento en la demanda de nuestros MBA, del orden del 20%. Las clases presenciales siguen siendo muy atractivas, ya que brindan networking y oportunidades de cooperación profesional”, complementa Tales Andreassi, Deputy Dean de la Escuela de Negocios de la Universidad Getulio Vargas (FGV-EAESP) de Brasil.
La acelerada transformación digital ha hecho que los programas de MBA se adapten a lo que demanda el mercado tanto a nivel curricular, con nuevas asignaturas, como a nivel de infraestructura. “Hemos acondicionado aulas, tanto en el Campus Victoria como en la nueva Sede Callao, con cámaras, micrófonos y pantallas para que la experiencia de los alumnos sea la misma, estén cursando presencialmente o en forma remota. Más allá de ofrecer materias específicas en data analytics, business intelligence y tecnología, la digitalización es un tema transversal y central para todas las empresas que abordamos prácticamente en todas las materias”, afirma Serrot.
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Aun así, las ventajas que permite la presencialidad son innegables. “Estamos convencidos de que el aprendizaje en el aula es más efectivo en dicha modalidad. Asimismo, la interacción entre los alumnos, el intercambio de experiencias y el debate de ideas es más rico de manera presencial”, enfatiza Loisi. Por ello, cada institución juega un poco con los formatos híbridos en atención a las distancias geográficas y horarios de sus alumnos, sin dejar de lado lo enriquecedor de la presencialidad.
Otro aspecto muy demandado es la incorporación de mallas que releven las denominadas soft skills, como liderazgo, comunicación y trabajo en equipo, que van a la par de los conocimientos técnicos, cuando se trata de liderar. “También hemos notado un creciente interés en aplicar los fundamentos y tecnologías ESG como inteligencia artificial [aplicada] a los negocios”, agrega Andreassi.
En esa misma línea, los programas de MBA de la Universidad de San Andrés incluyen materias obligatorias de innovación, negocios digitales, nuevos negocios, entrepreneurship y un proyecto final, donde los alumnos deben realizar un business plan de una posible startup, que generalmente es un negocio tecnológico o con un fuerte componente tecnológico. “De esta forma, los alumnos deben aplicar todo lo visto durante el MBA para el análisis y armado de una startup. Además, ofrecemos más de 15 materias electivas en temáticas de tecnología, para que los alumnos puedan elegir y complementar su formación. Estas materias electivas los alumnos las pueden cursar tanto en primero y segundo año, como también una vez graduados, dentro de nuestra propuesta de lifelong learning”, explica Daniel Serrot.
De manera similar, estudiantes que provienen de otras áreas distintas a los negocios también optan por cursar programas MBA para desarrollar sus habilidades interpersonales y pensamiento estratégico. “Por ejemplo, ingenieros, abogados o profesionales de la salud, que suelen dedicar los primeros años de su experiencia profesional a actividades técnicas. Pero que, a medida que avanzan en responsabilidades y temáticas a cargo, precisan conocer sobre otras disciplinas de los negocios, incluyendo aspectos financieros, de operaciones, de marketing y de estrategia comercial”, detalla Loisi.
De esta forma, la irrupción de la digitalización ha modificado algunas mallas MBA para incorporar la digitalización, herramientas de data analytics y data science, metodologías ágiles e innovación, o incluso proponer disciplinas enfocadas en la transformación digital, sus desafíos y oportunidades.
IRRUPCIÓN DE LA SALUD EN LOS MBA
Un aspecto particular impulsado durante los últimos años, en la era post pandemia, es el acercamiento del MBA con la industria de la salud.
Y es que la urgencia de la profesionalización del sector salud en Latinoamérica se hizo más latente, sobre todo tras sobrevivir a una pandemia con un sistema totalmente colapsado en la gran mayoría de países. “Cada vez tenemos más profesionales de la salud. Desde médicos, odontólogos y psicólogos que vienen de esa rama formativa muy vinculada a las ciencias de la salud. Esto se debe a que algunos perfiles tienen una educación muy orientada a un campo particular y se deja de lado por completo el terreno de la administración Es posible que dentro del mundo médico haya profesionales que, desde su formación en las ciencias de la salud, quieran desarrollar competencias que les permitan administrar las entidades donde prestan ese servicio”, indica Juan Esteban Escalante.
El aumento de la demanda de profesionales de la salud por los MBA ha hecho que algunas escuelas desarrollen programas con una orientación específica a esta industria. “Hemos detectado una mayor demanda de profesionalización en la gestión de la salud y, en virtud de dicho análisis, en el 2021 hemos lanzado el MBA Salud, donde conviven médicos y alumnos de otros perfiles que trabajan en la industria de la salud con una rigurosa formación en management y negocios. Este programa busca desarrollar en sus alumnos una visión integral sobre el ecosistema de la salud”, explica Serrot.
Desde la Fundación Getulio Vargas, afirman que su MBA tiene las credenciales para preparar a profesionales de todas las industrias, incluida la de salud. “Tenemos un programa certificado por la asociación global de MBA (AMBA) y el primer MBA certificado internacionalmente en Brasil, denominado Specialist Course in Hospital and Health System Administration (CEAHS), donde el foco está en preparar ejecutivos, sean o no del sector salud, para ocupar posiciones de liderazgo en empresas vinculadas al sector. Los desafíos del sector salud se han intensificado en las últimas décadas y ha habido una aceleración en términos de innovación, cambios y competitividad frente a la pandemia”, concluye el Deputy Dean de FGV-EAESP, Andreassi.