Las escuelas de negocios regionales ofrecen ventajas para alumnos extranjeros, como una red de contactos de mayor alcance y la oportunidad de abordar desafíos y oportunidades específicas de la región, con ejecutivos que comparten un contexto cultural y económico similar.

Son muchos los factores que intervienen a la hora de elegir un programa de MBA. Estudiar en el exterior, sin embargo, otorga cierta diferenciación que conlleva a los egresados de escuelas de negocios extranjeras a tener mayores oportunidades de empleabilidad y mejores niveles de ingresos. 

Por ello, muchas escuelas de negocios de América Latina han consolidado su calidad y fortaleza académica, a la par de sus acreditaciones internacionales. Ello a fin de convertir sus programas de MBA en opciones atractivas para las personas que buscan seguir un programa de administración de este tipo. “Los ejecutivos que optan por estudiar en escuelas de negocios en Latinoamérica pueden tener una variedad de antecedentes y objetivos. Algunos pueden ser profesionales que buscan mejorar sus habilidades de gestión en industrias específicas de la región, mientras que otros podrían ser emprendedores que desean desarrollar conocimientos empresariales para dirigir sus propios negocios”, dice Karla Sánchez, directora de Admisiones y Reclutamiento de Maestrías de INCAE.

Entre las ventajas de estudiar un MBA en la región, Sánchez destaca la relevancia cultural y de contexto. Ello ya que se abordan los desafíos y oportunidades específicas de Latinoamérica, teniendo a la par las mejores prácticas de mercados desarrollados, lo cual finalmente aporta pericia profesional para mantenerse competitivo. 
Otra ventaja es el networking.  “Estudiar en una escuela de negocios en Latinoamérica permite a los estudiantes construir una red de contactos en la región, lo que puede ser beneficioso para futuras oportunidades profesionales”, explica la ejecutiva de INCAE.

Por su lado, Rodrigo Uribe, Profesor Asociado de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, refiere que un ejecutivo que opta por una escuela de negocios en esta región busca conocer la cultura del país seleccionado, generar redes locales y ver oportunidades de negocios en el lugar. “Es decir, es un profesional con foco en Latinoamérica, región que ofrece muchas posibilidades de desarrollo de nuevos negocios”, agrega. 

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Adicionalmente, resalta el valor de la discusión de los casos de la región, de la problemática de ejecutivos que comparten un contexto cultural y económico similar. “Es importante que sea en Latinoamérica, porque hoy significa que es internacional también. Todos nuestros programas incorporan cursos con profesores internacionales, además de study seminars en el extranjero, a través de los cuales cerca de dos tercios de nuestros estudiantes asisten a lugares como Barcelona, Washington, Silicon Valley y otros en Colombia y Uruguay. Esto hace que nuestros estudiantes estén conectados con la región y con el mundo”, refiere el catedrático de la Universidad de Chile.

En esta escuela de negocios chilena, la edad del grueso de estudiantes supera los 30 años. Buscan crear sus propios emprendimientos y/o ascender a posiciones de gerencias generales o consultoría en negocios. 

EL ORIGEN DE LOS ESTUDIANTES

Respecto a la participación de estudiantes extranjeros, en el caso de los programas de maestría de INCAE esta representa aproximadamente entre el 70% y 80% de la matrícula total. “La diversidad geográfica y profesional de nuestros estudiantes aporta un valor sustancial a la dinámica de nuestras aulas, ya que enriquece los debates y las perspectivas, no solo en términos de trayectorias laborales variadas, sino también al brindar una mirada multifacética a los diversos contextos presentes en los países latinoamericanos. Este enfoque multinacional nutre la calidad del intercambio académico y contribuye a una comprensión más profunda de los desafíos y oportunidades empresariales en la región”, señala Sánchez.

En el caso de la Universidad de Chile, el porcentaje de alumnos extranjeros se mantiene en un 15%. Estos provienen, principalmente, de países de la región (Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador). “Además, tenemos alumnos extranjeros de Europa y Estados Unidos. Son participantes que por diversas razones viven en nuestro país. El MBA es híbrido, por lo que algunos de ellos, que efectivamente viven fuera de Chile, han solicitado flexibilidad de asistencia. En los casos de los buenos postulantes, se ha aceptado”, precisa Uribe.

Y es que, pese al regreso a la presencialidad, en todas las actividades, incluida la educación, la virtualidad sigue siendo una alternativa para alumnos que optan por estudiar de forma remota. Una modalidad que ya dejó de ser 100% virtual, como en la época de la pandemia del Covid-19. “Reconocemos que cada candidato tiene sus propias circunstancias y preferencias. Por eso, hemos realizado una inversión significativa para ofrecer programas en formatos mixtos: combinando experiencias de aprendizaje presencial con las oportunidades que brinda el aprendizaje en línea. Por ende, nuestra demanda se ha distribuido no solamente en presencial como en los inicios de INCAE, sino también en formatos ejecutivos de una semana por mes, o completamente online”, apunta Sánchez.

TIPO DE CAMBIO, UN ALICIENTE PARA ARGENTINA

Estudiar un MBA en el extranjero implica también una inversión adicional, respecto a una escuela de negocios local. En ese contexto, la diferencia cambiaria convierte a Argentina en un destino atractivo para estudiar un MBA, sobre todo para su vecino Uruguay. Y es que, con un dólar que supera los 700 pesos, los precios de los MBA argentinos son bastante accesibles. 

Así, mientras que los precios de estos programas en España, Estados Unidos o Chile no bajan de US$20,000, en junio de este año el diario La Nación de Uruguay reportaba que era posible cursar un MBA en una escuela de negocios argentina por US$9,000, gracias a la abismal devaluación del peso argentino.

Independientemente de la escuela de negocios que sea finalmente elegida, lo cierto es que la mayoría se viene renovando y  adaptando a las necesidades de los futuros ejecutivos. Profesionales que aspiran a liderar compañías de industrias con impacto regional.