El impulso a seguir comprando y fusionando empresas continúa en América Latina. A mediados de junio Banco do Brasil, el más grande de la región, anunció que está considerando la compra de instituciones en Chile, Colombia y Perú para atraer a clientes corporativos y expandir su negocio con empresas brasileñas que operan en América Latina.
Brasil es el actor principal de las fusiones y adquisiciones en América Latina. Durante el primer cuatrimestre de este año las empresas brasileñas participaron de siete de cada 10 negocios de esta naturaleza, incluyendo la compra de Vivo por Telesp (US$ 5.500 millones). En general la actividad de F&A en América Latina ha estado concentrada abrumadoramente en telecomunicaciones, energía, metales y minería, y materiales. Los principales impulsores de estos negocios han sido Goldman Sachs, Santander, Itaú, Unibanco, Lazard Frères y Citi.
Mientras el resto del mundo recién se recuperaba de un 2009 plano o en caída, en América Latina otro gallo cantaba. El total anunciado de F&A se duplicó a US$ 215.100 millones, según Thomson Reuters. Sólo Brasil representó US$ 104.200 millones, un incremento del 60%. Más espectacular es el alza en México, de US$ 5.100 millones a US$ 47.800 millones. Este aumento significativo de la actividad obedece a varios factores, incluyendo la revaluación de las monedas de los compradores (por ejemplo, Brasil), menores costos de capital, reformas financieras y de inversión, mejores leyes de quiebras (facilitando el trabajo de los acreedores), la venta de activos problemáticos y la necesidad de reestructurar no sólo compañías, sino sectores enteros (por ejemplo, aerolíneas).
No hay razón para pensar que la tendencia no se mantendrá durante los próximos años, suponiendo que los mercados emergentes mejoren más rápido que las abúlicas economías desarrolladas, y que los niveles de inflación, acceso al capital y estabilidad legal se mantengan. Estas operaciones producirán mayor eficiencia y productividad en las empresas, mayores ahorros de costos a traspasar (ojalá) a los consumidores, y suponiendo que las leyes antimonopolio sean aplicadas, darán lugar a políticas de precios más competitivas. Respecto a los sectores más atractivos, de las 10 mayores F&A en la región, la mitad correspondió a energía y a recursos naturales, tres a telecomunicaciones, una a transportes y otra a bebidas. Estos sectores, junto con bienes de consumo y servicios financieros, dominarán con seguridad la actividad futura en F&A.
Entre los negocios más interesantes de los últimos 12 meses hay que mencionar la compra, por parte de la gigante china Sinopec, de los activos brasileños de Repsol (por US$ 7.100 millones) y los activos de explotación argentinos de la estadounidense Occidental (US$ 2.500 millones). En otros mercados, la compra de la mexicana Femsa por Heineken (en US$ 7.300 millones), la compra de participación en la petrolera venezolana Carabobo por parte de tres compañías indias y, en una operación Sur-Norte, la adquisición de la alicaída cadena Burger King por la brasileña 3G Capital en US$ 4.000 millones. Para un creciente número de compañías, las F&A son más que un juego financiero para maquillar el valor para los accionistas. Está el ejemplo de GE. La compañía ha creado un equipo para evaluar adquisiciones en América Latina, tomando en cuenta que sus pedidos en la región han aumentado en un 30%. GE invertirá US$ 500 millones para crecer en energía, transporte y manufactura de equipos de salud en Brasil. En 2009 adquirió Wellstream Holdings Plc, un proveedor de servicios petroleros focalizado en Brasil. Desde octubre de 2009 ha invertido más de US$ 4.100 millones para construir su unidad de petróleo y gas.
Otro ejemplo es la operación entre LAN y TAM. La compra aumentará la competencia y empujará la consolidación en una industria (aerolíneas) sometida a altas presiones. Aparte de fortalecer las finanzas de ambas compañías, les dará sinergias del orden de los US$ 400 millones al coordinar sus redes de pasajeros, aumentar el tráfico de carga, compartir códigos y reducir costos. La importancia del ahorro de costos para alcanzar economías de escala y alcance, la consolidación y la búsqueda de una mayor participación de mercado se intensificará. Para las grandes compañías con acceso al capital y a tasas de interés atractivas, con efectivo acumulado y no invertido durante la recesión global de 2008-2010, el tiempo para las F&A está maduro. Cabe esperar una mayor actividad en lo que queda del año.