Hoy en día las 30 principales multilatinas brasileñas poseen cerca de US$ 90.000 millones de activos en el extranjero y emplean cerca de 200.000 personas en otros países. Esta internacionalización todavía está en una fase inicial: a finales de 2009 apenas nueve empresas cuenta activos internacionales superiores a US$ 1.000 millones y otras 10 empresas tienen activos internacionales superiores a US$ 100 millones. El total del stock de inversiones directas en el extranjero por parte de las multinacionales brasileñas rondaba los US$ 160.000 millones a finales de 2009, situando así al gigante brasileño como el séptimo mayor inversor en el extranjero por parte de las economías emergentes.
Las multilatinas mexicanas también han sido muy activas a lo largo de la década pasada. El stock de inversiones extranjeras de las 20 principales totaliza US$ 117.000 millones en activos internacionales y cerca de 230.000 empleados ubicados fuera de México. Las tres primeras, Cemex, América Móvil y Carso Global Telecom, controlan US$ 86.000 millones de estos activos, es decir, cerca de 73% del total. En 2009, a pesar del colapso económico, las inversiones en el extranjero no se interrumpieron. Esta resistencia se explica en gran parte debido a dos grupos (Bimbo y Grupo México) que representaron casi dos tercios de ese monto. En 2010, las inversiones volvieron a repuntar: sólo en América Latina las empresas mexicanas invirtieron más de US$ 42.200 millones. El principal destino ha sido Brasil (US$ 21.000 millones), seguido por Colombia (US$ 5.000 millones).
Las multilatinas chilenas han sido particularmente activas,. En 2010, la inversión chilena en el exterior superó US$ 5.000 millones, llevando el stock acumulado a más de US$ 50.000 millones de dólares. De hecho, el año 2010 vio el nacimiento de un gigante de la aviación mundial impulsada por la fusión de la chilena LAN con la brasileña TAM. Por su parte Sonda, la mayor compañía tecnológica de la región, ha adquirido sólo en 2010 tres empresas, dos de ellas en Brasil (Telsinc y Softeam) además de la firma mexicana NextiraOne México S.A.
A estos países se sumaron también Perú y Colombia. El Grupo Santo Domingo es hoy en día uno de los principales accionistas de SABMiller, una de las mayores cerveceras mundiales, de origen anglo-sudafricano. Desde Perú destacan los grupos Romero, Brescia y Añaños. Desde Colombia siguen esos pasos empresas como Cementos Argos, Nutresa (ex Grupo Nacional de Chocolates), Organización Terpel y Saludcoop. En 2010, las empresas colombianas totalizaron adquisiciones superiores a los US$ 3.000 millones de dólares, una cifra ciertamente inferior al récord del año 2005 (US$ 4.600 millones), pero significativa del proceso de internacionalización desempeñado por los grupos colombianos, liderados por el Banco de Bogotá (que realizó en 2010 la mayor compra jamás operada por una empresa colombiana en el exterior, concretamente en Centroamérica), Empresas Públicas de Medellín e ISA.
El fenómeno de las multilatinas se está acelerando y el potencial sigue siendo importante. Según el Boston Consulting Group (BCG), ya son 100 empresas de la región que tienen sede en ocho países latinoamericanos, operan a nivel internacional y acumulan ingresos de al menos 500 millones de dólares. Brasil totaliza 34 empresas en este grupo, por delante de México (28) y Chile (21). Les siguen luego, relativamente lejos, Argentina (7), Colombia (5) y Perú (3). Por ahora este grupo de multilatinas concentra su actividad internacional en el continente americano con 110 presencias internacionales en la región y 51 en Estados-Unidos. Pero se asoman ahora también otros continentes, en particular Europa (33 implantaciones) y Asia (28). Empiezan también a aparecer nuevos destinos como incluso el continente africano (12 implantaciones, la gran mayoría impulsadas por los grupos brasileños).
No será de sorprender, ante esta dinámica, que veamos pronto irrumpir con fuerza en Europa algunas de estas multinacionales latinas. Ello podría constituir una oportunidad en particular para España que podría transformarse en plataforma de entrada para Europa de algunas de estas multilatinas. Por ahora están aterrizando con matrices en Lisboa, Londres o París. ¿Por qué no imaginar, sin embargo, que, al igual que la mexicana Cemex o las brasileñas Alpargatas y Gerdau, en su día no ubiquen estas matrices ahora en Madrid, Barcelona o Bilbao?