En una defensa que intenta subrayar la idea de la fidelidad a sí mismo, la viuda de Borges señala en la Feria de Guadalajara que Borges supo que perdía el Nobel cuando decidió visitar al dictador chileno en 1976.
La viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama recordó este miércoles que su admiración y cariño por el escritor aumentaron cuando lo vio rechazar indirectamente el Nobel de Literatura, pues se dio cuenta que era una persona que jamás iba a traicionarse a sí mismo.
En 1976, tras una llamada en la que le pidieron que rechazara una visita a Chile para recibir una distinción del dictador Augusto Pinochet, Borges se negó rotundamente y aunque supo al colgar que nunca recibiría el máximo premio literario del mundo, igual viajó a saludar al militar.
"Yo en ese momento lo quise todavía más porque admiré en él algo que me enseñaron a admirar, a no traicionarse a sí mismo, no importa lo que se pierda, pero jamás traicionarse a sí mismo", recuerda la viuda del escritor en una charla en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
Con esa respuesta, Kodama se dio cuenta de que era una persona que "jamás iba a traicionarse, que jamás iba a traicionar sus ideas".
Para muchos, la defensa que hace Kodama no favorece mucho la figura del gran escritor argentino. Son muchas las versiones que señalan que Borges nunca entendió bien ni la razón ni la trascendencia que tuvo ese viaje a Chile.
En su biografía "Borges, una biografía literaria", el ensayista uruguayo Emir Rodríguez Monegal indica que ese incómodo año el escritor argentino había llegado a un empate en la Academia Sueca, junto a al español Vicente Aleixandre, para adjudicarse el Nobel.
En Chile, Borges desarrolló un polémico discurso tras recibir una distinción por parte de Pinochet: “Yo declaro preferir la espada, la clara espada a la furtiva dinamita […] Mi país está emergiendo de la ciénaga, creo con felicidad […]. Ya estamos saliendo, por obra de las espadas, precisamente. Y aquí ya han emergido de esa ciénaga. Y aquí tenemos: Chile esa región, esa patria, que es a la vez una larga patria y una honrosa espada”.
Tras esa visita se dice que en Suecia simplemente se borró el nombre de Borges para siempre.
Estas y otras anécdotas fueron recordadas este miércoles por la viuda del escritor argentino, que se casó con él pocos meses antes de que muriera y hoy, a sus 77 años, todavía preside la Fundación Internacional Jorge Luis Borges con sede en Buenos Aires.