Había una vez un gran banco de Estados Unidos que soñaba con el ascenso de países emergentes. En 2001, Goldman Sachs creó un fondo llamado BRIC, entusiasmando a inversores en todo el mundo. A su vez, inspiró a los mismos países emergentes, los cuales fueron seleccionados con sumo cuidado por el banco: Brasil, Rusia, India y China. En 2010, Sudáfrica fue también incluida en la honorable familia, ahora Brics (siglas para referirse conjuntamente a los cinco países miembro). En la comunidad prosperaron grandes visiones sobre el futuro. Los miembros se sentían unidos y querían cambiar el mundo: retaron el predominio de los países industrializados en el Banco Mundial, en el Fondo Monetario Internacional y en el Consejo de Seguridad de la ONU; asimismo, juraron una nueva solidaridad entre los países del sur.
Nada más que crecimiento. El banco estadounidense se mostró satisfecho con la afluencia de inversores e ignoró las cada vez más fuertes consignas antiestadounidenses de la familia Brics. Simplemente quería tomar parte en el crecimiento y hacer campaña para el fondo.
El éxito económico estimuló a los países del Brics, lo que provocó el mito del crecimiento en conjunto. Los miembros juraron mantener firmes sus relaciones comerciales y su cooperación; crearon un banco conjunto, y anualmente se reúnen en una cumbre para redactar detallados comunicados.
Sin embargo, ahora, previo a la octava cumbre en Goa, el desastre parece acercarse: India, el país anfitrión, tiene que ver como su hostil vecino Pakistán es apoyado por el principal miembro del Brics, China, con dinero y armas. Y Brasil, por su parte, continua lamentándose por la falta de apoyo de la familia Brics en sus deseos de tener un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Las quejas se hicieron cada vez más fuertes hasta el punto en que llegaron a escucharse más allá de Goa. ¿Por qué el mundo es siempre tan injusto?, se preguntaron los participantes de la cumbre. ¿Por qué los precios de las materias primas tenían que caer al mismo tiempo? ¿Y por qué interfieren constantemente las crisis políticas y económicas?
El mito del amor fraternal. Los honorables participantes de la cumbre en Goa comenzaron a buscar desesperadamente sus similitudes, dándose cuenta, con terror, de que ya no quedan más. China comenzó a hurgar, incluso, en viejas estadísticas: en 2015, descubrieron que hubo más comercio con los Estados Unidos que con sus hermanos del Brics en conjunto. El año pasado, China ganó una increíble suma de US$482 mil millones en exportaciones hacía los Estados Unidos, comparado con la modesta suma de US$244 mil millones recaudados por el comercio con los Estados del Brics. Incluso el presidente de Rusia, Vladimir Putin, tuvo que sonreír y aguantar en tiempos donde tiene poco bueno que decir sobre Estados Unidos.
Goldman Sachs, el banco que comenzó con todo, ha vuelto a dar un paso hacia adelante. En noviembre de 2015, tras años de pérdidas, cerró el fondo para el Brics y terminó, así, el mito del crecimiento constante y el amor fraternal entre las naciones emergentes. Sin embargo, los propios países del Brics siguen aferrándose a este cuento de hadas. Pero, ¿lograrán acaso vivir felices para siempre?