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Catástrofe de Tianjin: los retos de la seguridad industrial en China.
Lun, 17/08/2015 - 09:02

Florent Sardou

¿Un New Deal para Europa?
Florent Sardou

Florent Sardou posee una Licenciatura en Derecho (Universidad de Toulouse, Francia) y un Master de la misma universidad en Historia Contemporánea. Su tesis fue sobre la Historia Social contemporánea de Chile. Ejerció como profesor en el colegio la Alianza Francesa de Santiago de Chile. Después de haber vivido cinco años en París, volvió a Chile en 2013. Desde entonces es invitado como analista en canales (CNNChile, 24Horas, NTN24 de Colombia) y radios locales (Duna, Zero, Bio Bio, Cooperativa, ADN).

Luego de las explosiones que sacudieron el puerto de Tianjin el 12 de agosto y que causaron la muerte de más de cien personas, la hospitalización de centenares de heridos y la posible contaminación del aire, del suelo y del agua, salen a la luz nuevas fragilidades en el modelo de desarrollo chino.

La censura y la sospecha son incompatibles con un desarrollo sólido. Cada vez que ocurre una catástrofe industrial en el “Reino Medio”, las autoridades chinas ejercen un control estricto de la información. Associated Press y el Weiboscope (un programa informático de la Universidad de Hong-Kong que estudia la censura en las redes sociales chinas) reportaron casos en los cuales las críticas -emitidas por internautas sobre la ineficiencia de los equipos de rescate -fueron simplemente bloqueadas.

Otros utilizadores de las redes sociales vieron sus cuentas suprimidas por difundir informaciones que contradecían las oficiales. Ocurrió, así, en el Twitter chino Sina Weibo, pero también en WeChat. La censura se practica a gran escala en el gigante asiático. ¿Por qué? Por miedo al descontento y a las eventuales protestas de la población. Este rasgo paranoico de sus dirigentes sigue siendo la gran debilidad de China: un país en donde predomina un estricto control de la información y en el que todos se encuentran vigilados. ¿Qué esperar, entonces, de una sociedad en donde reina la desconfianza entre sus habitantes?. Incluso las encuestas oficiales reconocen este problema: la sospecha generalizada representa un serio obstáculo para el desarrollo de China. Es, además, una contradicción en una economía abierta hacia el exterior, que dice respetar los principios del capitalismo y que busca atraer inversionistas extranjeros, donde la confianza es el principio fundamental (el tan elogiado concepto de “guanxi” en la comunidad empresarial china).

¿Tianjin: un antes y un después? Prevenir los riesgos industriales en un mundo nuevo. El gigante asiático se ha convertido en la mayor potencia industrial del mundo e implica como corolario el desafío de la seguridad industrial. Hay que reconocer que el Reino Medio enfrenta una preocupante multiplicación de catástrofes industriales: en abril de 2015, una planta petroquímica explotó en la provincia del Fujian y el mes pasado estalló una fábrica en la provincia de Hebei. La ONG China Labour Bulletin creó un mapa interactivo (http://maps.clb.org.hk/accidents/en#201412/201508/235) que señala los accidentes industriales en el país.

¿Y si la catástrofe de Tianjin fuese un antes y un después para la política de seguridad industrial de China? Su propio Presidente, Xi Jinping, instó a las autoridades a extraer “profundas lecciones” de lo sucedido. Existen numerosas normas de seguridad en el país, pero no son aplicadas y sus incumplimientos, generalmente, no son sancionados. ¿Entonces? Empoderar a los ciudadanos es una pista que tendría que explorar el gobierno chino para limitar los accidentes industriales.

Es el camino que eligió la Unión Europea hace años. Tras la grave explosión de una planta química en Séveso (Italia), en 1976, la Unión Europea aprobó un conjunto de reglas (las famosas directivas “SEVESO”) con el fin de prevenir accidentes industriales. Desde su adopción en 1982, se han reforzado las exigencias y la última versión de la directiva entró en vigor el 1 de junio de este año (“SEVESO III”). El sistema europeo de prevención de los riesgos industriales promueve no solamente reforzar las normas de seguridad dentro de las plantas peligrosas sino que también una mayor participación ciudadana. Acorde a los tiempos en que vivimos: el de la revolución digital que fomenta la democracia participativa, la directiva “SEVESO III” refuerza el acceso a la información, la participación del público en la toma de decisiones y el acceso a la justicia sobre las instalaciones que utilizan sustancias peligrosas.

En el caso de China, actor importante en un mundo globalizado e hiperconectado, país preocupado por lograr un desarrollo a largo plazo, es de esperar que el gobierno aplique los principios de transparencia, participación ciudadana y de precaución. Más que sus industrias, el bien más valioso del Reino Medio es su pueblo, heredero de una civilización milenaria, y hoy transformado por la revolución digital.

Texto integral de la directiva SEVESO III: http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX%3A32012L0018

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