Ya terminó la primera mitad del 2015 y es momento de preguntarnos: ¿Cómo avanza nuestro plan de carrera? ¿Estamos cumpliendo los indicadores que nos propusimos para el semestre? ¿Cómo vamos?
Muchas veces cuando pregunto a las personas acerca de su plan de carrera, la mayor parte me mira con ojos desconcertados. Y les explico que es algo bastante sencillo y muy importante de hacer en nuestra vida profesional. Se trata de un plan de dónde quisiéramos estar el próximo año, en los siguientes 5, 15, 20 o 30 años de nuestra vida y de nuestra carrera profesional.
Hacer el plan empieza por sentarse a pensar ¿qué quiero hacer?, ¿a dónde quiero llegar?, ¿qué me gustaría lograr?, ¿qué es lo que tengo que hacer para llegar ahí? ¿cuál es el precio que tengo que pagar para llegar ahí?, ¿qué cosas son las que tengo que hacer o seguir haciendo? y ¿qué cosas tengo que dejar de hacer?, ¿cúales debo empezar a hacer?, ¿qué tengo que evitar? En fin, es meditar sobre todo aquello que nos pone en línea y en forma para lograr los objetivos de vida y carrera que tengamos.
Sé que muchas veces no nos planteamos objetivos de carrera y esperamos que sean las mismas empresas las que de alguna manera nos vayan promoviendo o reconociendo nuestros méritos por los logros que tenemos. De hecho hay empresas que efectivamente lo hacen, pero son las menos. Somos nosotros mismos quienes tenemos que cuidar y tomar el control de nuestra carrera, nuestra propia empleabilidad, nuestro propio perfil.
No hacer un plan de carrera es como empezar a construir una casa sin haber hecho los planos antes. Es como presentarnos en el lote con lampa y carretilla, pico y pala, y decir por acá voy a tratar de poner la cocina, por allá la sala, por aquí el comedor, sin siquiera haber puesto en un papel qué es lo que queremos hacer, cómo queremos que sea la casa, de qué tamaño, cuánto va a costar, qué parte construiremos ahora y qué etapa dejaremos para después, en fin. Y es exactamente lo mismo para nuestra carrera. Lo que veo es que la mayor parte de la gente no hace un plan de vida profesional (y tampoco personal). Simplemente viven sin planear demasiado, sin pedir mucho a la vida, sin esperar demasiado de sus carreras. Eso hace que no avancen, que se estanquen, y muchas veces indefinidamente.
Siempre que tengo la oportunidad de encontrarme con gente exitosa y brillante, les pregunto ¿cuáles han sido sus estrategias o sus secretos? o ¿cómo lo han logrado? Invariablemente esas personas me refieren a sus ambiciones personales, a lo que esperan de sí mismos y de la vida y cómo se ven en el futuro. Y eso resulta en un plan de vida y carrera que tienen por escrito, el mismo que revisan dos o tres veces al año. Son siempre planes flexibles que van ajustando, porque muchas veces las cosas no salen como uno quiere o espera, pero que proporcionan una guía o destino que les permite saber a dónde quieren llegar, qué tienen que hacer y cómo deben prepararse para hacerlo.
Si aún no lo tiene, lo animo seriamente a hacer su plan de vida/carrera. Hacerlo no es tan complicado, toma quizá un par de horas pensarlo y hacerlo, y luego pensarlo y reflexionarlo dos o tres veces por año. Pero tenerlo es muchas veces la diferencia competitiva fundamental para nuestra carrera profesional y ciertamente mejora mucho nuestras oportunidades de tener éxito. El reto, una vez que lo tengamos listo, es aplicarlo, cumplirlo y creer en él.