México podría fabricar más tortillas, pero el débil aumento de la productividad representa un obstáculo.
Nuestro último estudio analiza las razones de esta situación y concluye que la asignación de los recursos entre las empresas de la economía mexicana, es decir, cómo se distribuyen los factores de producción como el capital y el trabajo entre los productores, es una de las la raíces del dilema de la escasa productividad en el país.
Lo bueno es que para estimular el aumento de la productividad no es necesario acceder a mejores tecnologías.
De hecho, las políticas que les permiten a los productores más eficientes de México atraer suficiente capital y mano de obra –por ejemplo, la reducción de la informalidad laboral y la ampliación del acceso a los servicios financieros– pueden contribuir a incrementar el aumento global de la productividad, entre otros ámbitos en el sector de elaboración de tortillas.
La paradoja de la productividad
Entonces, ¿por qué nos preocupa la productividad en México?
A partir de mediados de la década de 1990, México implementó amplias reformas que liberalizaron la economía y la abrieron a la inversión externa y las cadenas de suministro mundiales. Estas políticas han ayudado al país a superar muchos shocks económicos graves, como la incertidumbre más reciente en torno a la relación comercial bilateral con Estados Unidos.
Aun así, México no ha crecido con la misma rapidez que otros países de la región en las últimas décadas y, de hecho, ha sufrido una disminución de la productividad. Dada la solidez de las políticas vigentes, no es fácil comprender por qué el aumento de la productividad ha sido tan débil, lo cual ha llevado a unos economistas a declarar que el aumento de la productividad de México representa una paradoja.
Parte de la explicación podría ser que las empresas mexicanas han tardado en atraer tecnologías de frontera internacionales, como las prácticas óptimas en la gestión de operaciones complejas o la maquinaria de fabricación más avanzada.
Sin embargo, es poco probable que esa sea la única razón, ya que México claramente ha sido un destino interesante para los inversionistas extranjeros desde la década de 1990. Por ejemplo, según un estudio, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) puede haber producido por sí solo un aumento de la entrada de inversión extranjera directa –un vehículo probable de la transferencia de tecnología– de alrededor de 60%.
Una explicación complementaria podría ser que las distorsiones y las imperfecciones del mercado han dado lugar a una mala asignación de los recursos entre las empresas del país. Existe un fenómeno en virtud del cual las distorsiones del mercado permiten que empresas menos productivas capten cuotas del mercado a expensas de empresas más eficientes. Además, hay cada vez más indicios de que esa asignación deficiente es de hecho un factor importante en torno al cual giran los problemas de productividad de México.
Fabricar más tortillas
El sector de elaboración de tortillas puede ayudar a ilustrar por qué la asignación de los recursos es importante para el aumento de la productividad mexicana.
No cabe duda de que los productores de tortillas más eficientes de México están empleando las mejores tecnologías y prácticas comerciales del mundo en el sector. A pesar de todo, nuestro análisis muestra que la productividad del sector de las tortillas y la panadería podría ser aproximadamente 150% más alta si la asignación de los recursos entre las empresas fuera eficiente.
En comparación, la asignación de los recursos en el sector de la panadería y las tortillas en Suecia es mucho más eficiente que en México: usando el mismo volumen de capital y mano de obra y con empresas con una productividad individual parecida, México produciría mucho menos tortillas y productos de panadería que Suecia. Esto ocurre sencillamente porque las distorsiones permiten que las empresas menos productivas desvíen hacia sí capital y mano de obra que se canalizarían hacia los competidores más productivos.
Mejorar la asignación de recursos
Nuestro análisis muestra también que, en términos globales, la productividad podría aumentar a más del doble en México si el capital y el trabajo estuvieran distribuidos de manera eficiente, en el sentido de que un trabajador adicional o un peso adicional de capital empleado por cualquier empresa produciría el mismo beneficio en todas las empresas de cada industria.
Además, la asignación deficiente de los recursos afecta a la productividad y al crecimiento a nivel subnacional. De hecho, está sumamente correlacionada con el ingreso per cápita de los diversos estados, lo cual parecería explicar no solo por qué la productividad global de México es baja, sino también por qué las discrepancias regionales de ingresos son tan grandes.
Adicionalmente exponemos algunas de las razones de las deficiencias de la asignación de los recursos en México. Por ejemplo, la informalidad laboral está asociada con niveles más altos de mala asignación, probablemente porque las empresas informales logran ventajas desleales en términos de costos al no pagar la proporción que les corresponde de los impuestos. Esas empresas generalmente menos productivas pueden vender más bienes, contratar más gente y atraer más capital que si fueran formales.
Otro factor de importancia es la corrupción, ya que pagar un soborno también le otorga a una empresa una ventaja desleal, como el pago más bajo de un impuesto o la adjudicación de una licitación pública. Y la adjudicación desleal de una licitación pública sería de por sí un caso de mala asignación de los recursos.
También planteamos otros factores que explican las deficiencias de la asignación de recursos, tales como niveles elevados de criminalidad y concentración del mercado, y una falta de acceso generalizado a los servicios financieros y de telecomunicaciones, así como el aislamiento geográfico de algunas empresas. Nuestro análisis sugiere que abordar estas distorsiones generaría beneficios económicamente significativos en términos de la productividad.
Cómo lograr avanzar
Para estimular el crecimiento en México, es necesario incrementar la productividad mediante la continua aplicación de un programa de reforma estructural.
Si bien los reformistas de la década de 1990 comenzaron liberalizando la economía y logrando la estabilidad macroeconómica, las reformas de reciente sanción que forman parte del Pacto por México apuntaban a disolver los monopolios de los estados, promover la competencia en las industrias en red y corregir las deficiencias del mercado laboral, la educación y la gobernanza.
A pesar de estos importantes pasos, es necesario esforzarse más para hacer avanzar el programa de reformas.
Por lo anterior, planteamos la necesidad de afianzar el Estado de derecho para eliminar la corrupción y el delito, reducir la informalidad laboral y promover el acceso a una infraestructura de transportes nueva, así como a servicios financieros y de telecomunicaciones.
Abordar estos obstáculos contribuirá a estimular el aumento de la productividad, entre otras cosas al corregir la asignación de los recursos y, en última instancia, a mejorar los niveles de vida en el país.
*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Diálogo a Fondo del FMI.
**Esta columna fue publicada en colaboración con Christian Saborowski, Economista Principal en el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, donde integra el equipo encargado de México. Previamente, integró los equipos del FMI encargados de Brasil y Grecia, concentrándose en el sector externo y la reestructuración de la deuda, y contribuyó a una variedad de proyectos analíticos, predominantemente relacionados con las finanzas internacionales y la economía monetaria. Tiene un doctorado de la Universidad de Warwick.