¿En qué momento sucedió este viraje en el orden mundial? Parecía que la candidatura de Trump era sólo una burla. Pero ya es Presidente electo de Estados Unidos. Y desde el primer día de este nuevo encargo, su estilo no ha dejado de llamar la atención, aunque por las peores razones.
Sus nombramientos al gabinete con figuras tan cercanas a Wall Street que hacen incompatible su discurso pro trabajadores de cuello azul con sus acciones cercanas a los cuellos blancos han llamado la atención en el plano interno. Y en el externo, Trump está demostrando que el orden mundial, como lo conocíamos, no será igual bajo su Presidencia.
Ha quedado clara la virulencia hacia empresas estadunidenses que tengan como estrategia de costos mudarse a México. A partir de que Carrier anunciara que no movería parte de su planta ubicada en Indiana (el estado del cual es gobernador el compañero de fórmula de Trump, Mike Pence) a nuestro país, Trump se lanzó con una estrategia poco inteligente en el plano económico, pero muy eficaz en cuanto a propaganda.
A cambio de que Carrier no mudase todos sus empleos a México, el gobierno de Trump le hará una serie de recortes impositivos importantes a la empresa madre de Carrier, United Technologies. Vaya incentivo para otras empresas. Con sólo amenazar que mudan sus plantas a México, ¿Trump les dará el mismo trato preferencial?
México se convirtió, por apenas un trueque de mil empleos, en la moneda de cambio entre el próximo gobierno de Estados Unidos y sus empresarios.
Después vino la llamada al gobierno de Pakistán, en la que le prometió al primer ministro Nawaz Sharif que visitará ese país apenas asuma la Presidencia. La promesa retumbó en India y sacude la relación de estos dos países, que se pelean el territorio de Cachemira desde hace décadas, cada uno con sus propias armas nucleares para amenazar la frágil paz que hay en esa zona.
A ello haya que añadir la cercanía con Rusia y Putin; los aplausos a la polémica lucha contra las drogas del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, y la mano dura de Nazarbáyev, quien lleva en el poder en Kazajistán desde 1991.
Y como cereza en el pastel estuvo la llamada a Taiwán. La primera comunicación directa entre un líder de Estados Unidos y uno de Taiwán desde 1979. La gran duda que todo esto ha generado es si Trump ha actuado así por ignorante en política exterior o si han sido acciones planeadas y bien orquestadas de él y su equipo. Acciones que, en el fondo, buscan provocar y confrontar un orden mundial con el que el próximo Presidente de EU no está de acuerdo.
¿Estrategia o propaganda? Esa es la duda que queda a 45 días de que llegue Trump a la Casa Blanca.
*Esta columna fue publicada originalmente en Excélsior.com.mx.
