Recuerdo cuándo niño haber pasado alguna noche de “pijama party” jugando hasta la mañana siguiente los “Olympic Games” de invierno en el clásico ATARI o quedarme con amigos hasta tarde con el mítico “Italia 90”, entre otros. La tecnología ha acelerado su curva evolutiva en forma explosiva y hoy estamos hablando que los juegos de “video” o como ahora se conocen e-Sports, están en otra dimensión.
Existen muchos equipos profesionales de eSports. Incluso en Chile hay centros de entrenamiento conocidos como los “Gaming Houses”, auspiciados por marcas masivas. No sólo en gráfica y en jugabilidad han ido evolucionando, sino también en el atractivo para el público que no lo está practicando activamente. Hoy, se estima que más de 350 millones de personas están interesadas en ver eSports, siendo que el 2016 fue una industria que movió casi US $500 millones en ingresos, con crecimientos de más de un 50%, respecto al año anterior.
Sólo para acentuar más el punto, hay torneos que reparten millones de dólares para los campeones. En este sentido, hace algunos días, Tony Estanguet, Copresidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París 2024, dijo que evaluarán incluir los eSports dentro de los Deportes Olímpicos dado que existe una fuerte correlación.
No niego que esta noticia ha hecho cuestionarme bastante el tema de los eSports en general.
¿Pueden estas disciplinas considerarse deportes? Para mí, en parte sí, porque tienen competencia, estrategia, capacidad de concentración, desgaste. Pero claramente no ofrecen actividad física (o no como lo conocemos comúnmente en un deporte). Para mí, la falta de actividad física propiamente tal es la que me genera el mayor ruido y lo que me lleva a concluir que no deberían ser considerado un deporte y menos un Deporte Olímpico.
Teniendo tantas opciones de deportes y actividades al aire libre, ¿cómo vamos a meter los eSports dentro del mismo saco? Quizá si tuviera que agruparlos, calzarían en un segmento
más parecido al póker, al billar o incluso el ajedrez. Según estuve investigando, uno de los principales argumentos para que finalmente los eSports no sean incluidos, es porque los dueños de los derechos de cada juego son empresas privadas y no federaciones u organizaciones de otra naturaleza.
No estoy en contra de los eSports. No veo nada de malo que existan como un hobby o incluso como una profesión. Lo que no me gustaría, es que el día de mañana estos “deportes” reemplacen un buen partido de futbol, el salir a correr o un juego de tenis.