Faltan 14 días para el caucus de Iowa y una semana después es la primera primaria, la de New Hampshire. Por ello, la lucha por la nominación en los partidos Republicano y Demócrata está ya a todo motor.
En el lado demócrata parecía que Hillary Clinton iría sin competencia alguna a ganar la nominación. Prácticamente sería un trámite. Pero la incursión del senador por Vermont, Bernie Sanders, en la contienda ha significado que Hillary debe ponerse las pilas… o ponerse a temblar.
Esto porque las encuestas muestran que Sanders podría ganar el caucus de Iowa y la primaria de New Hampshire. Si bien estos dos pequeños estados no tendrían por qué definir la nominación del partido, el hecho es que hace ocho años Hillary perdió este caucus y esta primaria y a partir de ahí todo fue de bajada para su campaña con el consecuente triunfo de Barack Obama, entonces un senador junior de Illinois.
También es cierto que ningún candidato ha logrado hacerse de la nominación perdiendo este caucus y esta primaria.
Increíble que este político, que hasta el 2015 no pertenecía al Partido Demócrata, hoy tenga en jaque a Hillary y su maquinaria Clinton en el arranque de las primarias. Recordemos que Sanders era hasta 2015 un político independiente y tiene el récord por haber tenido un escaño en el Congreso sin partido por el mayor tiempo en la historia de Estados Unidos.
Pero su postura liberal de izquierda, un socialdemócrata, resulta muy atractiva para ciertos sectores de la población, en especial para los jóvenes. Muestra de ello fue el resultado del más reciente debate entre los aspirantes demócratas, en el cual Sanders aparece como el claro ganador en las redes sociales.
Otro segmento de la población que favorece fuertemente a Sanders son los blancos, liberales. Justo éste es el segmento del electorado que tiene mayoría en tres estados: Vermont (estado que representa Sanders), Iowa y New Hampshire.
Sanders tiene así la suerte de que las primarias y los caucus arranquen en donde hay un electorado que simpatiza mucho con él y concuerda con sus ideas y propuestas. Por ello, bien puede ganarle en febrero a Hillary en ambos estados.
Lo difícil vendrá después. Sigue Carolina del Sur, en donde Hillary es muy fuerte porque atrae al electorado afroamericano —algo que no sucedió en 2008 en la contienda en contra de Barack Obama— y el resto de los estados del sur de EU, en donde hay muchos hispanos que también simpatizan con Hillary.
La duda que permanece es si el momentum de Iowa y New Hampshire puede ser suficiente para que Sanders le arrebate la nominación a Clinton. Los números dicen una cosa, pero en política todo puede pasar, como ya lo vimos en la otra primaria en la que participó Hillary.
*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.