La nación asiática que por años lideró la industria manufacturera industrial ahora pretende encabezar el área del software y la IA. Actualmente ya existen instalaciones que desarrollan este trabajo.
Los tiempos en que China se consolidó como la fábrica del mundo han cambiado. La industria fabril del gigante asiático sigue pujante, pero empiezan los primeros síntomas de una transición. En el futuro el país podría afrontar una disminución de su capacidad productiva y tendrá que ser compensada con otra tecnología: la inteligencia artificial.
El gigante asiático tiene recursos de sobra para progresar económicamente aunque le fallara la muleta que forman las fábricas. El país ha estimulado con incentivos y abundante capital la creación de startups y la investigación científica. Tanto es así que un estudio de la Universidad de Michigan apuntaba que en 2022 China podría convertirse en el mayor inversor en ciencia, un mérito que tradicionalmente posee Estados Unidos de forma indiscutible.
El país ha mirado hacia la inteligencia artificial para crear un nuevo sector que empuje la economía. Así, ahora existen en China enormes instalaciones donde un buen número de personas trabajan delante de un ordenador. Son granjas de IA y sus empleados sientan los cimientos de las bases de datos que nutrirán a estas inteligencias artificiales.
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Los empleados de estas instalaciones etiquetan imágenes , que sirvan para perfeccionar algoritmos como los que usa un coche autónomo para saber si lo que tiene delante es un autobús o una valla. También escuchan grabaciones de audio y las transcriben, para ayudar así a los modelos de reconocimiento de voz.
Son trabajos repetitivos, como las líneas de producción de fábricas que han impulsado la economía china durante las últimas décadas. Solo que ahora no tienen el futuro tan claro. El aumento de los salarios en China hace que los productos sean menos competitivos y algunos fabricantes ya se plantean alternativas. Países como Vietnam, India o Indonesia han empezado a levantar plantas industriales.
En cuanto a los trabajadores, las granjas de IA son un lugar mejor para trabajar. La actividad se realiza en oficinas en lugar de fábricas y los empleados se evitan el cansancio físico. Aunque para la vista, es una tarea considerablemente dura.
El impulso de la IA
El país asiático ha puesto en marcha un plan para liderar las tecnologías más sofisticadas , como la inteligencia artificial, la aeronáutica o los microchips. En sus planes está proyectado para 2030 ser la nación número uno en IA y en innovación.
China está interesada económicamente en impulsar la inteligencia artificial. Es la apuesta por el futuro, el software frente al hardware, las cadenas de producción frente a las granjas de IA. Pero también hay un interés geopolítico en liderar el campo de la IA. Esta tecnología se aplicará a una enorme cantidad de áreas y proporcionará ventajas competitivas a sus competidores mundiales.
El Center for New American Security (CNAS) comparó la IA con electricidad con el motor de combustión. Estas fueron tecnologías que ofrecieron grandes posibilidades más allá de un solo sector. Sus efectos se dejaron sentir profundamente en la productividad, lo mismo que se espera de la IA.