La tecnológica china rechazó las restricciones y manifestó su disposición para colaborar y proponer medidas de seguridad.
La compañía china Huawei Technologies Co Ltd respondió a la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, que prohíbe a la empresa comprar tecnología estadounidense clave sin una aprobación especial y que veta a sus equipos en las redes de telecomunicaciones de Estados Unidos por motivos de seguridad nacional.
"Estamos listos y dispuestos a colaborar con el gobierno de Estados Unidos y proponer medidas efectivas para garantizar la seguridad de los productos", dijo la empresa en una declaración pública.
"Restringir a Huawei de hacer negocios en Estados Unidos no los hará más seguros o más fuertes; por lo contrario, solo servirá para limitarlos a alternativas inferiores y más costosas, dejándolos rezagados en el despliegue de 5G y, eventualmente, perjudicando los intereses de las empresas y los consumidores de dicho país", agregó la tecnológica.
Las medidas de EE.UU. amenazan la capacidad de Huawei de seguir vendiendo muchos productos debido a su dependencia de proveedores estadounidenses, y representan una escalada significativa en la campaña del gobierno de Estados Unidos contra la compañía en todo el mundo.
"Esas restricciones no razonables infringirían los derechos de Huawei y plantearían otros problemas legales graves", agregó Huawei en el comunicado.
Las decisiones se dan en momentos en que China y Estados Unidos están envueltos en una guerra comercial y se han aplicado aranceles recíprocos, debido a lo que funcionarios de Washington llaman prácticas comerciales desleales de Pekín.
Washington cree que los teléfonos y equipos de redes fabricados por Huawei para compañías de telecomunicaciones podrían ser utilizados por el estado chino para espiar.
En la primera medida tomada el miércoles, el presidente Donald Trump firmó un decreto de emergencia nacional que prohíbe que firmas de Estados Unidos usen equipos de telecomunicaciones fabricados por compañías que representen un riesgo de seguridad.
El decreto invoca la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que da al presidente la autoridad de regular el comercio en respuesta a una emergencia nacional que amenace a Estados Unidos. La medida ordena al Departamento de Comercio, que trabaja con otras agencias del gobierno, a presentar un plan de aplicación antes de octubre.
En una segunda declaración compartida a los medios, Huawei se mostró decididamente en contra de la decisión, pues no considera el interés de nadie. "Causará un daño económico significativo a las compañías estadounidenses, con las cuales Huawei tiene relación de negocios, afectará a decenas de miles de empleos estadounidenses y provocará disrupción en la colaboracón actual y en la confianza mutual que existen en la cadena de suministro global", rezó el texto.
Para finalizar aludiendo a que buscará "inmediatamente poner remedio y encontrar una resolución a este asunto, así como esforzarse proactivamente para mitigar los impactos de este incidente".
Lista de entidades
Poco después de que la Casa Blanca anunció la firma del decreto, el Departamento de Comercio dijo que agregó a Huawei y a 70 filiales a la llamada Lista de Entidades -una decisión que prohíbe que el gigante de las telecomunicaciones compre partes y componentes de empresas estadounidenses sin la aprobación de Washington.
Un funcionario estadounidense dijo a Reuters que la decisión haría difícil, si no imposible, que Huawei -el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo- venda algunos productos debido a su dependencia de proveedores estadounidenses. Entrará en vigor en los próximos días.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo en un comunicado que Trump apoyó la decisión que “evitará que la tecnología estadounidense sea utilizada por entidades de propiedad extranjera de maneras que potencialmente socaven la seguridad nacional de Estados Unidos o sus intereses de política exterior”.
Miembros del Congreso dijeron que el decreto está dirigido directamente contra compañías chinas como Huawei, que generó 93.000 millones de dólares en ingresos el año pasado y es vista como un estandarte nacional en China.
“La principal exportación de China es el espionaje, y la distinción entre el Partido Comunista de China y las empresas del ‘sector privado’ chino como Huawei es imaginaria”, dijo el senador republicano Ben Sasse.
La prohibición a las compañías estadounidenses, que parece similar a una aplicada el año pasado al rival de Huawei, ZTE Corp., podría golpear las acciones de los principales proveedores estadounidenses de Huawei, incluidos los fabricantes de procesadores Qualcomm Inc y Broadcom Inc.