Ante la ola de turbulencias sociales y políticas en la región, el máximo responsable de Cisco en Latinoamérica abordó los desafíos y oportunidades que tienen los gobiernos y la industria tecnológica para hacerse parte del proceso y ayudar a reducir las brechas sociales.
Por Héctor Cancino, desde Cancún. Las agitadas jornadas vividas por varios países de América Latina, en los últimos meses, no han dejado a nadie indiferente. Perú, Puerto Rico, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Chile, por nombrar algunos, han visto cómo los conflictos sociales y políticos han impactado en las agendas de todas las industrias.
Ante la ineludible contingencia, Jordi Botifoll, presidente para América Latina y VP en Américas de Cisco, explicó durante el reciente Cisco Live!, la conferencia más importante de la empresa en la región, cómo la tecnología se hace parte de estos procesos y puede contribuir a encauzarlos.
Botifoll destacó que la digitalización consta de tres pilares. El primero, se basa en lo que hace más eficaz al gobierno, es decir, la tecnología y la redefinición de procesos. Luego está el de la competitividad nacional: digitalizar la industria, generar impacto en el PIB, fomentando nuevas industrias como el software, la ciberseguridad o las smart cities, lo cual es un verdadero reto para América Latina. Y el tercero, la inclusión social, promoviendo la diversidad en pos de hacerse más productivos, efectivos y creativos.
Así, según el directivo de origen español, el gobierno ha de ser el primer líder en la digitalización de su país, uno que reconoce la importancia de invertir en tecnología, infraestructura, conectividad y desarrollo, y que cree que la necesaria redefinición de procesos aporta al bien de su industria y su competitividad. Para eso, debe ser el primero en hacerlo.
"El gobierno, como principal entidad de un país, es el foco de mira de todas las diferentes comunidades, sociedades, la industria y todos los hombres de negocios. Entonces, si el gobierno acelera su proceso interno de digitalización, para la creación de mejores servicios al ciudadano, está dando un ejemplo de lo que es el proceso", explica Botifoll. Y agrega: "En todos los países que vemos que el gobierno toma un papel fundamental, no solamente construyendo una agenda digital, sino implementándola como ejemplo en sus propias instituciones, la industria privada acelera más su proceso de digitalización".
No importando si se trata de una dirección política de izquierda, centro o derecha, la clave para el directivo de Cisco son las decisiones que toman los líderes en cuanto a motivar a la industria y fomentar la inversión: "Cualquier modelo de regulación, cualquier modelo político, tiene que potenciar la conectividad y potenciar esa industria para que se sienta motivada a invertir".
Al parecer, los países de América Latina están aceptando este mensaje. A juicio de Jordi Botifoll, los gobiernos tienen muy claro el proceso de digitalización y otros temas afines como la ciberseguridad. "La buena noticia es que todos los gobiernos que yo he visto tienen su agenda digital. Algunos la podrán desarrollar más efectivamente que otros, pero todos la tienen", celebra.
Pero, ¿dónde está el beneficio para la sociedad al contar con un gobierno que fomenta las inversiones en la industria tecnológica? Naturalmente, esto producirá un beneficio directo y conveniente para las empresas del rubro, pero Botifoll, quien se declara de un origen muy humilde y sin privilegios ni regalos en su formación, apunta también a los procesos y al uso que se le da a la tecnología, pues todo esto tiene que tener un impacto social y económico positivo.
LA CUESTIÓN SOCIAL
La transformación digital es un proceso que avanza sin regresión, pero esto no quiere decir que no requiera de una piloto automático. Sin conducción, no generará el modelo ideal. "Es un tren que no tiene marcha atrás. Es un tren que puede ayudar mucho a Latinoamérica, pero también puede desarrollar gaps (brechas) muy importantes. Y para que no existan gaps sociales, el gobierno tiene que tomar un liderazgo fuerte. Lo que no puede haber en Latinoamérica son desigualdades extremas sociales".
Para el máximo responsable de Cisco en Latinoamérica, el asunto consiste en transformar la sociedad y la primera obligación de un político es mejorar la sociedad que está liderando, desde el punto de vista social, económico y ambiental. Botifoll está consciente de que siempre existirá un grado de desigualdad, en todos -inclusos los más avanzados- países del mundo, pero "cuando logras construir una clase media muy grande, que sea el motor de la economía y el motor social, tienes una economía y un país saludable".
Jordi Botifoll reconoce que la desigualdad social es más extrema en nuestra región que en Europa y Estados Unidos, por eso a su juicio es necesario la ejecución de políticas y procesos que creen oportunidades para que las personas crezcan. Y en este sentido, cree que la educación es la clave. Así como proyectos de digitalización enfocados en la generación de oportunidades, mediante iniciativas como las que impulsa Cisco y otras compañías: academias o cursos de formación y especialización que ayudan a miles de jóvenes a insertarse en el nuevo campo laboral.
Para el ejecutivo español, de este modo se cumple con el impacto social positivo que deben buscar las tecnológicas como Cisco que, más allá de los proyectos filantrópicos o de donaciones, ayudan directamente a la comunidad, mejorando su calidad de vida y su posicionamiento social y económico.
También hay impactos a nivel macro, como por ejemplo impulsar una ciudad inteligente (smart city) con beneficios directos para el ciudadano; o con la creación masiva de empleos en un país, ayudando a diversificar el modelo económico de países que basan su PIB en ítemes específicos que acercan el conocimiento.
En un nivel más reducido, Botifoll resalta el desarrollo de modelos de training como otra posibilidad de impacto positivo en la comunidad, al certificar estos a millones de personas, un upgrade personal que podría permitirles obtener su primer trabajo o mejorar el que tienen. También valora la modernización de la justicia como un proyecto benéfico social, al acelerar los lentos procesos y ayudar en la reinserción de los privados de libertad.
CUÁNTO AFECTAN LAS PROTESTAS AL NEGOCIO
Cuando se enfrentan momentos de tensión en la agenda de un país, ya sea por paralizaciones, protestas, declives económicos o catástrofes naturales, lo normal es pensar que se tendrá un impacto negativo en el rendimiento de los negocios. De hecho, las proyecciones de crecimiento del PIB suelen reducirse y no son pocas las empresas que ven venir una crisis que marcará el año en curso.
¿Es este el caso de la industria en América Latina? Al menos Juan Pablo Estévez, responsable de Cisco para la zona MCO (Argentina, Chile y Colombia), ve el tema a través de un vaso medio lleno: "Creo que muchas de las soluciones que ellos (las empresas) empiezan a imaginar, para pasar la crisis, apuntan a moverse más rápido para su transformación digital", porque según el ejecutivo argentino, las compañías se dan cuenta del sentido de urgencia de las reformas tecnológicas.
Por eso, una de las ideas principales que defiende Estévez sobre la transformación digital es que se trata de un proceso en primera persona. Por ende, no existe tal producto, paquete o servicio que puedan vender u ofrecer para transformarse digitalmente.
"Una vez que la empiezas a transitar, a descubrir cómo esa transformación puede jugar a favor de tu negocio, es muy difícil que lo pares por una coyuntura; al contrario, las coyunturas pueden servirte (...) El éxito es tu primer enemigo a propiciar tu propio cambio", sentencia Estévez. Y aunque reconoce que puede haber compañías que vean retrasados sus planes de inversión, cree que el proceso completo de transformación no va a ser afectado, sino que será un disparador para acelerar el proceso.
Gabriel Calgaro, director general de Cisco para Chile, revela que, ante las agitaciones del país sudamericano, el negocio no se ha detenido. "Creemos en el país, en el gobierno que, de alguna manera, saldrá fortalecido y favorecido, generando un impacto en los ciudadanos".
Finalmente, Calgaro explica que la implementación de soluciones basadas en cloud podría permitir mucha más velocidad y agilidad, para seguir operando. Incluso ante alguna catástrofe, una eventualidad natural o política, un riesgo clave que las compañías tecnológicas ya comienzan a anotar como una variable a tomar en cuenta en este inestable fin de 2019, y un 2020 que pinta para ser un año nada fácil.