En un aula de la escuela de educación elementaria afiliada a la Universidad Renmin de China, Yao Bohan, de 11 años de edad, se balancea de derecha a izquierda enfrente de una pantalla de ordenador, gritando de vez en cuando. El personaje de la pantalla sigue sus movimientos y salta para comerse una fruta cada vez que él grita.
Se trata de un juego de detección de movimiento y Yao es el diseñador. Usando lo que ha aprendido en el curso de tecnología informática de la escuela, Yao ha creado el juego con software S4A, microcontroladores Arduino, sensores de infrarrojo y de sonido.
Aunque el juego, de bajo coste, no puede compararse con los de sofisticados dispositivos de marca de control del movimiento, Yao disfruta, no obstante, de un sentimiento de satisfacción.
El aula de 40 metros cuadrados de superficie está a rebosar de creatividad: trabajos de arte hechos a partir de cinta de cobre, LED y pilas botón; un coche robótico que se puede controlar remotamente a través de Bluetooth.
Zhao Yu, profesor de Yao, se sirve del aprendizaje basado en proyectos para animar a sus estudiantes a que hagan sus propias creaciones sin desarrollo definido, en base a sus intereses personales, y le sigue sorprendiendo su salvaje imaginación y desatada creatividad.
"En el curso de tecnología informática solíamos centrarnos en el conocimiento de programas que únicamente se usan en ordenadores, pero ahora, a menudo combinamos hardware y lo ponemos en relación con situaciones de la vida diaria. Cuando la programación se utiliza para proyectos del mundo real, no es aburrido para los estudiantes de primaria", dice Zhao.
Él y sus estudiantes exhibieron sus productos "hazlo tú mismo" en un estand en la Feria de Creadores de Beijing, celebrada en agosto, convirtiéndose en parte del dinámico movimiento de creadores de China.
Este movimiento -un término que designa la creatividad en sus niveles de base- se ve como un motor para el futuro crecimiento económico de China. El país está buscando una estrategia de desarrollo impulsado por la innovación y ha acogido con entusiasmo el potencial del movimiento de creadores para el espíritu empresarial y la innovación.
Zhao considera que el movimiento ha inspirado en los maestros el deseo de llevar el espíritu de los creadores al sistema de educación.
En los últimos años, escuelas pioneras en ciudades como Beijing, Shenzhen, Wenzhou y Ningbo han explorado maneras de introducir el espíritu de los creadores en las escuelas a través de la puesta en marcha de programas experimentales que hacen hincapié en la creación, la invención y la creatividad. Los espacios de creación de las escuelas, los carnavales de creación y los concursos estudiantiles de innovación son asimismo populares.
El Ministerio de Educación publicó en 2015 directrices relativas a la exploración de la educación de creación con el fin de equipar a los estudiantes con una conciencia de la tecnología informática y con habilidades de innovación.
De acuerdo con Li Yifei, vicedirector del Centro de Investigación de la Comunicación y la Educación de la Ciencia, de la Universidad de Pedagogía de Beijing, durante años, los estudiantes chinos han estado sujetos al aprendizaje basado en la memorización y orientado a la realización de exámenes, lo que ha eliminado sus tendencias naturales a innovar, experimentar y crear.
"La creciente popularidad de la educación de creación muestra que algunas escuelas y profesores han reconocido la importancia de proteger la creatividad. La introducción de la educación de creación podría ser un avance en la reforma educativa de China", dice Li.
Sin embargo, fomentar la educación de creación no es una tarea fácil, avisa. La mayor parte de los maestros chinos están acostumbrados a establecer currículums y dirigir la instrucción, de manera que necesitan explorar la forma de implementar la enseñanza basada en proyectos y de involucrar a los alumnos.
Wu Junjie, de la Escuela Jingshan de Beijing, fue uno de los primeros profesores chinos en llevar la educación de creación al aula. El extendido uso del hardware de código abierto y de las herramientas de alta tecnología, tales como las impresoras 3D, ofrece apoyo tecnológico a la educación de creación, asegura.
Él y otros profesores de tecnología informática han observado los recientes desarrollos y han actualizado sus cursos. En 2015, introdujeron uno sobre programas S4A, y este año, impresión 3D.
"El objetivo final de estos cursos es equipar a los estudiantes con herramientas de tecnología avanzada para que hagan sus propias creaciones únicas. El aprendizaje debe suceder como parte de la experiencia del alumno a medida que aborda proyectos prácticos", afirma Wu.
Zhu Zhongmin, uno de los estudiantes de Wu, muestra un gran potencial. Comenzó a escribir programas informáticos cuando tenía nueve años y conoció el hardware inteligente cuando tenía 12. A los 14 años, se convirtió en el concursante más joven en el Hackathon de China y desarrolló un producto conceptual llamado "el nadador de sueños", capaz de controlar el proceso de los sueños.
"Soy de la opinión de que los estudiantes chinos no son menos creativos que los de otros países. Con la educación de creación, espero que más mentes creativas como la de Zhu emerjan y continúen desarrollándose", dice Wu.
El entorno familiar y el social son asimismo vitales para nutrir el espíritu de creación, añade. "En Occidente, la cultura de garaje y la filosofía del 'hazlo tú mismo' son los cimientos de la educación de creación. Espero que más familias chinas añadan también la cultura de creación a su vida en el hogar".
Jia Sifei asiste a una escuela internacional de Beijing y Elon Musk, la encarnación del espíritu del creador, es su ídolo.
De acuerdo con la madre de Jia, ha estado obsesionado con construir cosas a partir de todo tipo de materiales desde que tenía tres años. Cuando tenía seis, desarrolló un fuerte interés por las herramientas de código abierto tales como los controladores Arduino, y empezó a crear su propio hardware interactivo.
"Soy feliz de verle completamente absorbido en el hardware como un ingeniero y haciendo algo de lo que está realmente orgulloso", dice. "Creo que la pasión de los niños de crear se debe proteger y estimular".
La Institución para Jóvenes Creadores es una agencia de formación extracurricular que se centra en la educación de creación y ofrece enseñanza basada en proyectos para estudiantes de edades comprendidas entre los nueve y los 14 años. Uno de los cofundadores, Ma Qingyang, piensa que existe un mercado cada vez mayor para la educación de creación en China.
"Aunque China es hasta cierto punto un país orientado a los exámenes, el gaokao (el examen nacional de acceso a la universidad) ya no es el único camino al éxito", asegura. "La popularidad de los estudios en el extranjero y el surgimiento de las empresas emergentes ofrecen más posibilidades a la juventud china. Los estudiantes y los padres están comenzando a prestar una mayor atención al pensamiento independiente y a la creatividad, algo que tiene un gran peso en su futuro desarrollo".
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