En entrevista con AETecno, el directivo del nuevo servicio de Uber, comentó la llegada a Santiago del sistema de arriendo de bicicletas compartidas, la situación de la empresa norteamericana en Colombia y el panorama de la micromovilidad en Latinoamérica.
Por Andrés Castro G. Esta semana la firma norteamericana de plataformas integradas de movilidad, Uber, lanzó en Santiago de Chile su nuevo servicio de bicicletas eléctricas compartidas, Jump.
La llegada de Jump a Santiago convierte a la urbe en la primera de Sudamérica y la número 32 del mundo en contar con este servicio de micromovilidad.
En conversación con AETecno, Ruddy Wang, Regional Manager para Jump Latinoamérica, expresó algunas ideas respecto de la llegada del sistema de bicicletas compartidas a Chile, la situación de Uber en Colombia y las aproximaciones de la empresa respecto al fenómeno de la micromovilidad en la región.
-¿Qué tan importante es la micromovilidad hoy en día en el contexto de las grandes ciudades como Santiago?
-Creo que la micromovilidad es muy importante por el potencial que ofrece a lo largo de todas las grandes ciudades y Chile también. Tu observas que en las grandes ciudades se ofrecen grandes oportunidades para la gente, para el comercio, para los estudios, etc. y eso conlleva varios problemas y desafíos. Uno de ellos es el tráfico y la contaminaciòn, la polución que genera el uso individual de los automóviles, también el uso del espacio público que se destina a los automóviles particulares. Cada vez vemos que la tendencia urbanizaciòn crece más y más a lo largo del mundo y se ve muy fuerte aquí en Chile y en todo Latinoamérica. Hay muchas soluciones para eso y esperamos que Jump juegue una parte crucial en ser una de esas soluciones.
-Para ti ¿qué tan preparadas están las grandes ciudades en Latinoamérica para incorporar esta tendencia de la micromovilidad?
-Creo que es muy variada dependiendo de la ciudad en lo que respecta a la preparación para la micromovilidad. Creo que existe una demanda real y grande por la micromovilidad en las grandes ciudades y la gente està hambrienta por otras opciones para desplazarse de un lado a otro. Pero muchas cosas son requeridas, por ejemplo, infraestructura, entendimiento desde líderes de opinión, regulaciones o leyes que apunten a estimular la micromovilidad. Pero creo que en general, estamos muy optimistas con Latinoamérica y estamos aquí lanzando Jump en Santiago.
-Lo mencionaste brevemente antes, pero para ti ¿cuál es el desafío más importante para implementar la micro movilidad aquí en el continente?
-El desafío más importante para implementar esta tendencia en Latinoamérica es el hecho de que es completamente nueva. Esta situación no se ha dado antes en ningún país latino antes, por ende es posible que la infraestructura necesite ser ampliada para soportar la demanda, los usuarios necesitan ser educados para emplear la micromovilidad de manera segura, que los reguladores y políticos estén al día para generar marcos legales o regulatorios y la asignación del espacio público para esta nueva modalidad. En ese sentido creo que la novedad de esta tendencia es realmente el mayor desafío. Pero a la vez tenemos la experiencia, porque, hace 5 o 10 años atrás, Uber casi no existía en ninguna parte del mundo, incluyendo Chile y estamos tratando de usar esa experiencia para traer algo nuevo para lo que no hay infraestructura pre hecha y queremos hacer que esto crezca.
-No sé si manejas las cifras, pero quería saber aproximadamente cuánto dinero mueve la tendencia de la micromovilidad en Latinoamérica.
-No tengo esa información ahora pero sí existen muchos estudios públicos en donde los números están disponibles y mucha gente ha hecho análisis de lo que representa la micromovilidad y su proyección en el futuro.
-¿Uber o en este caso, Jump by Uber, está trabajando con los gobiernos del continente para llegar a entendimientos en lo que respecta a la micromovilidad?
-En todas las ciudades en las que estamos operando en Latinoamérica y en la mayoría de las ciudades del mundo, estamos compartiendo información y datos con las ciudades. Esta información le permite a las ciudades determinar empíricamente los lugares en donde se genera más micromovilidad y por ende, donde las autoridades pondrían una ciclovía protegida, por ejemplo. Creo que esta información compartida y también la comunicacion y educacion que hacemos con los ciclistas, es un ejemplo de una colaboración mayor que hacemos en todas las ciudades, estudiamos todas las regulaciones de las ciudades donde operamos y tratamos de educar a los usuarios respecto a sus leyes de tránsito locales.
-¿Qué tan bien posicionado está Uber en Chile? ¿Crees que ese elemento pueda aportar a que Jump pueda superar a otros proveedores de micromovilidad en el país?
-Creo que nuestra ventaja única es el hecho de que somos parte de Uber, somos parte de una plataforma. No somos simplemente un jugador que se mantiene solo en el ámbito de la micromovilidad. Esto representa una gran diferencia, porque estamos hablando de una nueva modalidad de la que la gente no está acostumbrada y en ese sentido Uber tiene una gran base de usuarios ya existente, de más de dos millones, que tienen una opinión y un sentimiento favorable hacia Uber, saben que la empresa apuesta por la seguridad, la calidad y confianza. Esperamos que esa marca y que esa base de clientes pueda hacer proliferar la micromovilidad mucho más rápido que si fuéramos un jugador solitario en este mercado.
-En una pregunta fuera de tema, quería preguntarte respecto a la situación de Uber en Colombia ¿puedes contarnos algo de eso?
-Para la situación en Colombia, hemos detenido las operaciones en el país, hemos respetado la decisión de las autoridades ahí. Y al mismo tiempo, muchos ciudadanos colombianos confían en Uber como una opción para transporte o como una opción para ganar dinero y apoyar a sus familias. Para nosotros es muy urgente reiniciar las operaciones en Colombia y estamos abiertos al diálogo, trabajando con las autoridades y estamos muy agradecidos por el apoyo de la gente colombiana que nos han mostrado en las semanas pasadas. Creo que hoy la ley está con las autoridades para los próximos pasos para regular Uber en Colombia.
-¿Crees que esta situación se pueda replicar en otros países de Latinoamérica?
-Siempre estamos dialogando con las autoridades en toda Latinoamérica, ahora mismo lo vemos como un caso bastante singular en Colombia, con circunstancias muy locales y especìficas, así que realmente no puedo proyectar lo ocurrido allí y pensar en que veremos efectos similares en otros países del continente.
-Finalmente ¿Cuál es el pronóstico para Jump by Uber en el continente? ¿Proyectan llegar a otros paìses de la región?
-Creo que el objetivo para mi, es llegar a todos los países de Latinoamérica y ofrecer el servicio a la mayor cantidad de gente posible. Yo diría que la prioridad ahora mismo, es ofrecer la mayor calidad y seguridad de nuestro servicios en las zonas en los que estamos operando hoy en día, que son Ciudad de México, Santos en Brasil y la comuna de Las Condes en Santiago. Esa es nuestra prioridad hoy, y queremos llegar a todo el continente pero en términos de donde estamos poniendo nuestro foco y atención, estamos tratando que nuestras operaciones en los lugares que menciono sean seguras para todos los clientes.
1.200 serán las bicicletas dispuestas exclusivamente para la comuna de Las Condes en la capital del país sudamericano. El costo de utilización del servicio serán $150 CLP (US$0,19) por minuto. Las bicicletas cuentan con un motor eléctrico accionado gracias al pedaleo con una potencia de 250w y tres velocidades. A su vez, los vehículos poseen una velocidad máxima de 25 km/h y una autonomía de viaje de al menos 40 kilómetros.
Para acceder al servicio, basta con abrir la aplicación de Uber y elegir la opción de bicicleta al inferior del display, reservar una bicicleta y escanear el código QR presente en ellas para iniciar el pedaleo.